viernes, 4 de julio de 2014

EL SISTEMA EVANGELÍSTICO DE INVITACIÓN: UNA PRÁCTICA ANTIBÍBLICA Y PELIGROSA por Sugel Michelén


A veces escuchamos en ciertos círculos evangélicos comentarios similares a este: “En tal o cual campaña evangelística se convirtieron ‘equis número’ de personas (5 ó 10 ó 20, y así por el estilo)”. Y ¿cómo pueden saberlo con tanta precisión? Porque lo que tales personas quieren decir realmente es que al final de la predicación, el predicador hizo un llamado a que levantaran su mano o vinieran al frente del auditorio todos cuanto quisieran aceptar a Cristo, y ese número de personas aceptó el llamado.

Esta práctica es tan común hoy día que muchas personas se asombrarían al descubrir que no sólo no encuentra apoyo en las Escrituras, sino que nunca fue practicado por la Iglesia, por ninguna iglesia, en los primeros 1800 años del cristianismo.

Cristo nunca llamó a los pecadores a que levantaran su mano y den un paso al frente para dar a conocer su decisión de seguirle; tampoco lo hicieron los Apóstoles, ni ningún predicador hasta el siglo XIX. Esa metodología evangelística nunca fue practicada en la Iglesia de Cristo, sino hasta mediados del siglo XIX, cuando un hombre llamado Charles Finney comenzó a hacer uso de lo que él llamaba “el cuarto ansioso”, un lugar en el que se invitaba a entrar a todos aquellos que se sentían convictos de pecado y deseaban ser salvos.

Poco a poco el cuarto ansioso se fue transformando en lo que hoy conocemos como el sistema de invitación, cuando el predicador llama a los pecadores a levantar su mano y a venir al frente de la Iglesia para dar a conocer su decisión de seguir a Cristo.

Esto es algo tan comúnmente practicado en los púlpitos modernos que pocos considerarían necesario detenerse a pensar si tenemos garantía bíblica para hacer tal cosa; de hecho, muchos no sabrían cómo predicar el evangelio a los pecadores sin usar este sistema de invitación.

¿Quién era Charles Finney? Un evangelista del siglo antes pasado que negó rotundamente la doctrina de la Total Depravación del hombre y de su imposibilidad para salvarse sin la obra todopoderosa de la gracia de Dios.

Para Charles Finney el hombre no ha perdido la capacidad de obedecer a Dios, y por lo tanto, puede decidir en cualquier momento, sin la ayuda del Espíritu Santo, cambiar por completo el rumbo de su vida. Él decía que eso es la regeneración, el cambio de ruta que toma el pecador cuando decide seguir a Cristo.

Por tanto, todo lo que se requiere para ser salvo es una decisión del pecador. En otras palabras, todo lo que se necesita para ser cristiano es que el hombre decida hacerse cristiano, sin ninguna intervención divina. Lo único que hace el Espíritu Santo es persuadirnos a través de la verdad para que obedezcamos el evangelio, pero nada más.

El cambio, según Finney, podemos producirlo nosotros mismos por medio de una resolución que debe ser públicamente manifestada a través de algún acto físico como ponerse de pie, venir al frente del auditorio, o algo similar. Eso según Finney, es venir a Cristo.

Pero ¿es eso lo que enseñan las Escrituras? Por supuesto que no. Esta enseñanza contradice abiertamente las palabras del Señor en Jn. 6:44 “Nadie puede venir a mí, si el Padre, que me envió, no lo atrae”.

Si venir a Cristo es algo que el pecador puede hacer con sólo quererlo, y no es otra cosa que una decisión pública manifestada a través de levantar la mano o pasar al frente, entonces no se necesita ninguna asistencia especial del Padre para llevarlo a cabo. Yo no necesito una obra especial del Espíritu de Dios para levantar mi mano, a menos que tenga algún impedimento físico severo. Pero Cristo dice aquí nadie puede venir a Él a menos que el Padre no lo traiga. Se trata de algo que nadie puede hacer sin la asistencia divina.

Esta enseñanza descansa en un serio error doctrinal conocido como Pelagianismo. Pelagio fue un hereje del Siglo V que decía que la voluntad humana no fue afectada con la caída, y que uno puede hacerse bueno con sólo proponérselo. La regeneración es una obra del hombre, decía Pelagio, no de Dios.

Y algo similar dicen hoy los arminianos. Pero ¿acaso no contradice esto abiertamente lo que Pablo nos dice en Ef. 2:1-3, que el hombre natural está muerto en sus delitos y pecados? “Y él os dio vida a vosotros cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados”.

Más aún, Pablo dice en Ef. 1:19 que si hemos creído en Cristo fue porque en nosotros actuó el extraordinario poder de Dios. Atribuir la conversión y el nuevo nacimiento a una simple decisión humana, no sólo es atribuir al pecador una capacidad que no posee, sino que es robarle a Dios Su gloria. Escuchen lo que dice en Jn. 1:12-13:

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.


En el nuevo nacimiento no intervienen ni la ascendencia física ni la voluntad humana. Es un nacimiento operado por Dios en el hombre. Los hijos de Dios vienen a ser hijos por la voluntad de Dios.

No importa cuántos frutos aparentes se han podido cosechar con este sistema anti bíblico de invitación; debemos rechazar toda práctica que no sea sustentada por la Palabra de Dios. Este sistema pelagiano y arminiano supone que el pecador posee una capacidad que en realidad es ajena a él: la capacidad de cambiar por sí sólo el rumbo de su vida.

Pero más aún, sugiere a los pecadores una condición de salvación que no está en la Biblia. Dios no ha ordenado a los pecadores que pasen al frente de la iglesia para ser salvos, pero como bien ha dicho alguien: “muchas veces aquellos que no pasan al frente son llevados a creer que no están obedeciendo al Espíritu, y por lo tanto, que no están obedeciendo a Dios. Pero esta es una culpa psicológica falsa, porque Dios nunca ordenó tal cosa jamás ni fue practicada por el NT”.

El texto que generalmente se cita para presionar al pecador en ese sentido es Mt. 10:32-33, o sus textos paralelos en los otros evangelios:
“A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos”.

Ahora bien, ¿está enseñando Cristo aquí que nos hacemos cristianos cuando usamos nuestras cuerdas vocales para confesarle a Él, o cuando alzamos nuestras manos, o cuando venimos al frente de una Iglesia? ¿Es esa la manera en que nos hacemos cristianos? ¿O está enseñando más bien que una marca distintiva de los que ya son cristianos es confesar a Cristo ante los hombres?

Confesar a Cristo es un deber que tiene todo creyente, pero no es la forma en que nos hacemos cristianos, ni mucho menos el instrumento a través del cual se opera el nuevo nacimiento. Cristo dice en Jn. 3 que para ser salvo se necesita un nuevo nacimiento obrado por el Espíritu Santo en el corazón.

Y lo que es todavía peor, a los que pasan al frente se les hace creer que han hecho lo que tenían que hacer, y que debido a su decisión ahora son salvos. “Has dado un voto por Jesús, te has decidido por Jesús, y eso es todo lo que se requiere para ser salvo”. Tristemente muchos van camino al infierno basados en ese engaño. Venir a Cristo no tiene nada que ver con un acto físico.

LA SANA DOCTRINA por Oscar Enrique Tenes


INTRODUCCIÓN

Hay muchos ministerios y muchas iglesias, obviamente hay bastantes que hacen una obra tremenda; sin embargo hay una sola “sana doctrina”, por consiguiente no podemos pretender que todo lo que se enseña está en línea con la palabra, con el evangelio en la Biblia o bien en línea con el nuevo pacto, de tal forma que no todo aquel que dice que esta predicando el evangelio, este realmente predicando el verdadero evangelio.

Pablo hizo una advertencia y llamó en 1 Corintios 1:10 a lo siguiente: “os ruego, pues hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa; y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer” esto implica tener un mismo pensamiento, una misma doctrina, hablar una misma cosa, etc.

Lamentablemente, hemos visto que existe un gran fanatismo dentro de la iglesia, y es muy común dentro el pueblo de Dios que asiste a una iglesia, que algunos (sino la mayoría) lo hacen por razones equivocadas, veamos algunas:

Nos acostumbramos a visitar un lugar determinado
Existen buenas amistades en esta congregación
Esta iglesia está cerca, de donde vivo
Soy muy amigo del pastor
Aquí  nos tratan con cariño

Razones como estas hacen que el  evangelio se convierta en una costumbre social, pero este  no es verdaderamente poder de Dios, el poder de Dios se encuentra en el evangelio Romanos 1:16,  estas razones llevan a los hijos de Dios hacia un acomodamiento a ciertas circunstancias.  Pero todo hijo de Dios se debe de cuidar, para no caer en esa comodidad, no nos debemos dejar llevar por sentimientos sin tomar en cuenta la verdad del evangelio.

Una pregunta que es bueno que nos hagamos en este momento de este estudio es la siguiente: ¿Será que a Dios le agradan los buenos sentimientos? O ¿será que a Dios le agrada la predicación del verdadero evangelio?  No podemos manipular a Dios con buenos sentimientos, por el contrario nosotros si somos manipulables, para Dios es más importante su palabra que los buenos sentimientos, de tal forma que los buenos sentimientos no pueden opacar la sana doctrina de Dios; en esto tenemos que ser celosos, o sea que para Dios es simplemente por la palabra no por sentimientos de hombre alguno, por consiguiente no es porque nos caiga bien un pastor, o un hermano que vamos a permanecer con él, o en el ministerio donde él está, lo importante es caminar conforme a la sana doctrina, debido a que si un ministerio no camina con la sana doctrina entonces no le hace bien a los que allí asisten, sino que se les está haciendo un mal.

Si fomentamos el amor en nuestros ministerios, eso es algo excelente y trascendental, sin embargo, el amor cubrirá multitud de pecados dice la Biblia, pero no puede cubrir la sana doctrina, cuando se trata de sana doctrina allí yo no puedo amar más que Dios, ya que Dios por su amor nos dio la sana doctrina en la Biblia.

LO QUE NO ES SANA DOCTRINA ES FABULA

Veamos lo que dice la Biblia en 2 Timoteo 4:1-8 “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.  Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.  Pero tu sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.  Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano.  He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.  Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida”
  
Aquí Pablo es tajante, dice que no es encarecernos delante de otro hombre, es delante de Dios mismo, lo que implica que  estamos tratando con aspectos mayores, es Dios y usted, no es algún hombre y usted.

Lo que significa doctrina es enseñanza. Pablo enfatiza claramente,  que  si no es sana doctrina entonces  es fabula, vemos que ha proliferado en el ambiente religioso aseveraciones como: “yo pienso”, “yo creo”, “Dios me dijo”, “yo soñé”, pero si buscamos en la palabra de Dios las mayoría de veces lo que se piensa, lo que supuestamente Dios les dijo o  lo que soñaron, no está de acuerdo a la  palabra de Dios, entonces no son más que fabulas, o sea que son un cuento de hadas;  hermanos, sino está escrito en la palabra, entonces no es un reflejo de lo que hay en el Espíritu. Muchas personas piensan que es como ellos creen, NO, lo que es del Espíritu es lo que está escrito en la Biblia, por eso es tan importante andar conforme a la verdad del evangelio; Es común en la actualidad que se hable de muchas cosas que supuestamente son espirituales, pero que no están en la Biblia, entonces lo que se habla son fabulas o cuentos inventados por hombres.   

Ahora bien, debemos de entender que es fe, leamos Hebreos 11:1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”  que interesante es entender  que lo que no se ve, no implica que porque no se ve no existe. Por ejemplo: cuando decimos que estamos bendecidos Efesios 1:3,  sin embargo hay ocasiones en que no nos sentimos o nos vemos bendecidos, pero como la palabra lo dice yo lo creo; o sea en el ámbito espiritual así estamos, Bendecidos con toda bendición espiritual, nos tenemos que basar en  las cosas que nos se ven,  pero que sin embargo si están escritas en la Biblia,  y no de un cuento, o en una fabula inventada por un hombre;  en Dios, todo se manifiesta por la fe, pero lógicamente está escrito en la Biblia, todo lo habido, lo creado, lo por crearse fue creado por él y para el Romanos 11:36.

Por el contrario, que mal seria seguir una enseñanza que Dios no creo;  Algo que sea sentimiento o imaginación humana, entonces estaríamos siguiendo una fabula, o un cuento de hadas, inventado por un hombre y no la sana doctrina contenida en la Biblia.

En este pasaje, dice Pablo que vendrán tiempos en que se inventarán un montón de doctrinas de hombres, hechas por su propia carne o concupiscencia.   Que de su propia carne se inventarían unos cuentos o fabulas, por ejemplo: “yo pienso que esto es así”, “yo soñé”, o “Dios me dijo”, si Dios nos enseña por medio de la palabra olvídese de todo esto. Es imperativo acotar que: Todo lo que Dios nos quiere decir ya está escrito, lo que dice aquí Pablo es que habrán tiempos donde a la gente no le interesará lo que está escrito sino que se basaran en doctrinas de hombres, donde se entusiasmarían por medio de cuentos o fabulas, y lamentablemente  yo lo veo en la actualidad en una gran cantidad de ministerios o iglesias, por el contrario el estudioso se da cuenta de esto y se ocupa de enseñar sana doctrina.  Por más bonito que se vean las cosas, por más bonito que se vea un lugar;  pero se siente algo que no está bien, o se manifiesta que no se esta de acuerdo a la sana doctrina, entonces salga inmediatamente de allí.

La promesa del señor era que nos enviaría al consolador para conocer toda la verdad Juan 16:7-13,  por eso dice: “conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” Juan 8:32, pero si no hay sana doctrina no se camina en libertad, sino en esclavitud

EL EJEMPLO DEL APÓSTOL PABLO

Pablo dice lo que Dios me rebelo lo he guardado, esto porque Pablo tenia buen proceder, caminaba en santidad, leamos 1 Corintios 1:2 “a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro”,  el evangelio si es efectivo,   Vemos aquí la sana doctrina., Pablo cuando le escribe a  Santificados pero los insta a proceder de acuerdo a esa santificación, por eso dice que son llamados a ser santos o sea apartados para Dios.  Pablo menciona la sana doctrina,  para aplicarla en nuestra conducta, en nuestra conducta  es donde se debe aplicar la sana doctrina.

Otra cosa importante es que todo hijo de Dios debe comprender lo que es sabiduría, y lo que es inteligencia:

Sabiduría es: Tener conocimiento de algo
Inteligencia es: Poner en práctica el conocimiento que se tiene

Vemos que hay gente sabia y gente inteligente, por Ejemplo: saber que se tiene que hacer algo, eso es sabiduría;  y cuando se ejecuta eso es, que se está siendo inteligente. Dicho de otra manera sabio es aquel que posee conocimiento e inteligente es aquel que lo aplica.

Nosotros tenemos que sabios pero sobre todo inteligentes para aplicar todo el conocimiento que Dios nos da en su palabra, lo que implica que el paquete completo para nosotros es doctrina pero con proceder, proceder derivado de la doctrina en el evangelio.

LA BLASFEMIA CONTRA LA PALABRA DE DIOS

Leamos ahora a Tito 2:1-5 que dice: “Pero tu habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina.  Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor en la paciencia.  Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”

Se blasfema el evangelio cuando no se pone en práctica, usted puede conocer el evangelio pero si no lo practica, eso es blasfemar contra la palabra, es como lo siguiente: Si se hacer algo y no lo haga estoy blasfemando contra eso que sé hacer, así de serio es esto de la sana doctrina, hay personas que tienen doctrina pero no tienen proceder.

Veamos lo que Pablo dice, lo que conocemos de él. es que él fue el que puso el fundamento que es Cristo, 1Corintios 3:10-11, además dio instrucciones para imitarlo a él, como él a Cristo 1 Corintios 11:1, vemos según este pasaje que hay un gran compromiso con esta palabra;  aquí le dice Pablo a Tito, hablando de los ancianos y las ancianas, que la práctica del evangelio se vea, se haga notar con el proceder de ellos, no es que el evangelio y su contenido  entre por un oído y salga por otro, es tomar la enseñanza del evangelio y hacerla un rema en nuestras vidas, es tomarla para practicarla, eso es pelear la buena batalla de la fe. Además dice que ninguna palabra corrompida salga por nuestra boca y esto es común en todos nosotros los hijos de Dios, a veces en lugar de bendecir maldecimos, cuidémonos de esto, esto solo se logra con un apropiado conocimiento del evangelio de la Biblia. 

Tenemos que aprender a poner en práctica aquello que conocemos, nuestra vida se transformara por medio de la palabra, ese es el galardón, esto levanta el hombre interior, es obvio que el cuerpo se desgasta. Pero el espíritu se va renovando, día tras día pero es únicamente  a través del conocimiento del evangelio.  No importa lo que le suceda al hombre exterior lo importante es lo que le va pasando al hombre interior, con paz, con gozo y en si con todo el fruto del espíritu Galatas 5:22,  en el hombre interior eso es verdaderamente reinar en vida.

Entonces la sana doctrina no solo es enseñanza es también proceder, no es únicamente lo que decimos, es poniendo en práctica eso que decimos, eso que estudiamos en el evangelio.  El poder de Dios en nuestra vida,  se manifiesta conociendo el evangelio y sobre todo practicándolo. Por eso dice la Biblia que: Nosotros hemos sido puestos para juzgar, todas las cosas, dice que el espiritual juzga todo y no es juzgado por nadie 1 Corintios 2:15.

Dios nos va haciendo ver a través del evangelio, cosas en nuestra carne que debemos cambiar y tratar,  pero luego al atacar estas e irlas corrigiendo; Dios nos muestra que aun tenemos otras, lo importante es ir mejorando  en el dominio propio, por consiguiente existen áreas que ya dominamos y Dios nos muestra otras que debemos trabajar en ellas, etc. Por eso dice la Biblia que en la carne no hay uno bueno Romanos 3:12, derivado de esto podemos comprender que: No es cambiar la naturaleza, sino que es estar pendiente de ella.

La lucha verdadera del creyente, es luchar contra uno mismo, contra todo eso que se levante en nuestra mente carnal, por eso Pablo dice que debemos hacer morir lo terrenal en nosotros.
  

LA OPOSICIÓN DE  LA CARNE A LA SANA DOCTRINA

Gálatas 5: 16-17  “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.  Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”

Estos no se unen, se oponen, esto es sin descanso, esto es una lucha de siempre, si esa lucha interna no existe en nosotros, si no hay lucha, sin duda alguna existe algo malo, algo  que no está de acuerdo con la palabra.  Nosotros, no nos podemos conformar a este siglo, por ejemplo una lucha contra la escasez económica, no se someta a la pobreza, si la calle esta dura para otros, pero Dios provee para nuestras necesidades, no tenemos que indignarnos sino oponernos a la carne, si creemos en el evangelio, si la sana doctrina nos dice que somos prósperos, sanos,  que siempre nos ira  mejor,  pues yo lo creo,  y lucho contra la carne que me dice lo contrario.

De tal manera que, siempre andamos en triunfo,  somos más que vencedores,  recordemos que la carne es débil, pasamos por diferentes tribulaciones, pero no tenemos que ir a psicólogos cuando hay problemas en nuestro matrimonio, no se necesita el horóscopo o psicólogos o consejeros, solo estudiemos y entendamos el evangelio, lo que Dios unió no lo separe el hombre; Dios es el que creó el matrimonio y nos mantiene juntos; nosotros en la gracia  no podemos dar cartas de divorcio esto lo hizo Moisés, Jesús dijo en el principio no fue así, los matrimonios desde el Edén han tenido problemas y sufrimientos, pero si seguimos las instrucciones del evangelio nos ira bien, nadie dijo que no tendríamos aflicciones, pero si entendemos que Dios nos dio una esposa,    No podemos conformarnos a este siglo sino luchar por la sana doctrina,  

La ley era demandante pero la gracia es más, la gracia demanda obediencia, la gracia es el poder invisible de Dios, la ley se dio para que viniese la gracia, la gracia se mete en todo  lo más profundo de nuestro ser, la gracia si transforma la mente, para cambiar un corazón de piedra en uno de carne.

Nosotros  no tenemos que servir a Dios con el cuerpo, sino con la mente, el hombre es lo que piensa dice en Proverbios, si renovamos nuestra mente para pensar como Dios piensa habrá una tremenda transformación en nosotros,  analicemos como Pablo defendía su ministerio veamos:

2 Corintios 10:1-6  “Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros; ruego, pues, que cuando esté presente no tenga que usar de aquella osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviésemos según la carne.  Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta”

Hay personas que piensan que lo que decimos no esta en la Biblia, la gracia no es camino fácil, hay responsabilidad hay disciplina, 

Vemos que el apóstol Pablo confrontó al apóstol Pedro defendiendo su ministerio Gálatas 2:11

Entendemos entonces que es sana doctrina es: Conocimiento de la palabra, pero acompañado de un buen proceder, recordemos que nosotros fuimos creados para buenas obras no para malas Efesios 2:10, si la Biblia lo dice, entonces yo lo creo.

Además está implícito en este pasaje, que nosotros nos debemos castigar a nosotros mismos, es decir nosotros debemos disciplinarnos a nosotros mismos, reprendernos a nosotros mismos, esto cuando no hacemos  las cosas como dice el evangelio,  está claro que con el conocimiento del evangelio y aún sin él, cada quien conoce sus debilidades. Implica esto que nosotros nos podemos examinar a nosotros mismos 2 Corintios 13:5.
  

CONCLUSIÓN

Todos somos desobedientes en algún grado, unos más que otros, pero todos lo somos, aquí nadie es perfecto en carne, tenemos un cuerpo con el cual hay que lidiar, Pablo dice yo he peleado la buena batalla de la fe cuando ya iba a ser muerto, aun Jesús aprendió obediencia y todos tenemos que aprender obediencia, si aprendemos obediencia entonces seremos felices, no son experiencias religiosas las cuales nos transformarán, pues estas son temporales, por el contrario la experiencia en el evangelio es permanente.  

Dios quiere que seamos obedientes a la palabra a la sana doctrina a las instrucciones dadas por el Espíritu que solo se encuentran en la Biblia, la promesa de Dios es si y en el amen, pero hay que castigar toda desobediencia.


Todo hijo de Dios vive en lucha, y podemos concluir que entre mas batalla tenga eso es mejor, por eso Pablo dice: llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, eso es la verdadera batalla de la fe y estar prontos para castigar toda desobediencia, esto para que lo cojo no se salga del camino. ¡ABBA PADRE!

¿PUEDEN LOS CRISTIANOS NACIDOS DE NUEVO PERMANECER EN LA “IGLESIA” CATÓLICA? por Mike Gendron


Esta es una pregunta que se nos ha hecho muchas veces en nuestros 23 años de ministerio. Debemos responder con la autoridad de la Palabra de Dios. Cuando los católicos se arrepienten y creen el evangelio de Dios, han nacido de nuevo y el Espíritu Santo que morando en ellos los llevará fuera de la oscuridad espiritual a la luz gloriosa de Jesucristo (Marcos 1:15;. Efesios 1:13-14). Mientras permanecen en la Palabra de Dios, ellos sabrán la verdad y la verdad los hará libres de la esclavitud religiosa y el engaño (Juan 8:31-32). Entonces van a buscar una iglesia que adore a Dios en espíritu y verdad, porque esa es la clase de adoradores que Dios busca (Juan 4:24). Cualquier persona que dice que ha nacido de nuevo, sin embargo, se niega a abandonar una religión falsa que engaña a la gente con otro evangelio, debe examinarse a sí mismos para ver si tiene una genuina fe salvadora (2 Cor. 13:5). Los cristianos están llamados a caminar de acuerdo a la verdad lo cual significa, al volverse cada vez más apasionados por la verdad, se apartan de cualquier falsedad que se oponga a la Palabra de Dios.

Una de las falsas prácticas del catolicismo se describe como una doctrina de demonios en la Biblia. Bajo la inspiración del Espíritu Santo, el apóstol Pablo escribió que algunos se “algunos apostatarán de la fe, prestando atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, mediante la hipocresía de mentirosos que tienen cauterizada la conciencia; prohibiendo casarse" (1 Tim. 4:1-4). El catolicismo es la única religión que invoca el nombre de Cristo y prohíbe a su clero a casarse, por lo que demuestra que algunas de sus enseñanzas se oponen directamente a la Escritura.

Otra de las razones de porque los verdaderos convertidos deben abandonar el catolicismo es que exige la sumisión de la voluntad y el intelecto de cada persona a las enseñanzas de los obispos. Los obispos católicos se dice que son los únicos instructores y maestros auténticos de la fe, y los católicos están obligados a adherirse a su enseñanza con una sumisión religiosa de la mente (Derecho Canónico, 753).

Una tercera razón para dejarla es que la Palabra de Dios condena el clero católico por predicar otro evangelio (Gálatas 1:6-9). El plan de salvación católica anula la gracia salvadora de Dios mediante la adición de obras, sacramentos, el purgatorio y el guardar la ley al Evangelio. Y si no es suficiente, los obispos católicos reaccionaron condenando a los cristianos nacidos de nuevo, con más de 100 anatemas de los Concilios de Trento y Vaticano II.

EL EVANGELISMO ES: PALABRA PURA DEL SEÑOR Y PODER DE DIOS por Paul Washer




PORNOLESCENCIA por Tim Challies


Va a tomar tiempo –décadas por lo menos– antes de que seamos capaces de contabilizar con exactitud el costo de nuestra adicción a la pornografía cultural. Pero como cristianos sabemos lo que significa alterar el diseño claro e inequívoco de Dios para la sexualidad: El costo será alto. Debe ser alto.

Todos sabemos que el costo será alto en familias fracturadas y padres, esposos y esposas desconsolados. Ya estamos viendo demasiados de ellos y cada uno es su propia tragedia. Sabemos que el costo será alto en los miles y miles de mujeres que son usadas y abusadas delante de las cámaras para que puedan ser violadas por el placer de los demás. Eso es una tragedia repugnante también. Pero un costo pasado por alto, y que sólo se pondrá de manifiesto en el tiempo, es que la pornografía es el robo de los mejores años de un millón de jóvenes hombres y mujeres cristianos. La Pornografía está dominando la vida durante la adolescencia y los veinte años. Está controlando su vida durante esos años cuando la energía es alta y la responsabilidad es baja, cuando el mundo entero está abierto ante ellos y las posibilidades son infinitas, cuando se están trazando las trayectorias para el resto de sus vidas. Sus sueños y sus habilidades se ven obstaculizados y aplastados por un compromiso imprudente por pecar.

Por tanto, muchos jóvenes cristianos han atrofiado su crecimiento espiritual a través de lo que yo llamo pornolescencia. Pornolescencia es ese período cuando una persona tiene la edad suficiente y lo suficientemente maduro como para saber que la pornografía está mal y que demanda un alto precio, pero demasiado inmaduro o demasiado apático para hacer algo al respecto. Pornolescencia es ese período donde se siente la culpa de su pecado, pero todavía lo disfruta demasiado como para renunciar a ella. Él puede hacer una petición ocasional para pedir ayuda, o instalar Covenant Eyes (pero mantiene una solución para cuando realmente esté quemándose), o pedir una persona de confianza. Pero él realmente no quiere parar. Todavía no. Ella puede llamar a un amigo en alguna ocasión o planear hablar con una de las mujeres mayores en la iglesia, pero al final su vergüenza interna pesa más que su deseo de santidad. Así que sigue adelante, noche tras noche.

Esto es pornolescencia, ese período entre ver el pecado como lo que es, y de hecho, hacerlo morir, ese período entre la convicción profunda del alma de la inmoralidad y el compromiso tenaz a la pureza. Para algunas personas dura días, pero para muchos más dura por años. Una gran cantidad de jóvenes —demasiados jóvenes— están creciendo muy lentamente hoy. Su despertar sexual está llegando demasiado pronto y en medio de todas las circunstancias equivocadas, y están retrasándose de cualquier otro tipo de despertar y madurez. Está especialmente retrasando su maduración espiritual.

1 Tesalonicenses 4:3 hace lo deja tan claro como el día: “"Porque esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación: Que os apartéis de inmoralidad sexual.” El crecimiento de un cristiano en la santidad y su desarrollo en la madurez cristiana está ligada directa e inseparablemente a la pureza sexual. Una persona no puede ser llena de Dios y al mismo tiempo lleno de pornografía. Es esto /lo otro, pero no ambos / y. Dios no puede ser burlado. Dios no le permitirá elevarse a cimas espirituales mientras se inclina en la inmundicia pornográfica. Dios no le permitirá crecer en la madurez cristiana mientras se revuelca en su pornolescencia incesante.

Y creo que el tiempo demostrará que este es uno de los costos más graves de la pornografía: Se está robando los mejores años de tantos jóvenes cristianos. Está impidiendo su crecimiento espiritual y retrasando su entrada en el ministerio y el servicio cristiano. Estas son las personas que representan el futuro de la iglesia –futuros ancianos, futuros diáconos, futuros líderes de las mujeres en el ministerio, futuros líderes de la juventud, los trabajadores del futuro de niños, los mentores futuros, los futuros misioneros, los futuros profesores de seminario, los futuros defensores de la fe, los futuros jefes denominacionales , y así sucesivamente. Pero con cada clic, con cada vídeo, con cada exposición desvergonzado a lo que Dios considera detestable, eligen adorar a un dios en lugar de Dios. Y todo el tiempo retrasan su entrada en la madurez, en el liderazgo, en quién y lo que Dios les ha llamado a ser.

Si éste es tu caso, escuche mi súplica: Por el bien de la iglesia de Cristo, y por amor a la iglesia de Cristo, haga morir ese pecado. Hágalo por él, y hágalo por nosotros.

Tomado de aquí. 

LA CORRUPCIÓN DEL EVANGELIO por John MacArthur


¿Puede la iglesia combatir la apatía y el materialismo alimentando la concupiscencia y el gusto de la gente por el entretenimiento? Parece que muchos creen que si, pues una tras otra, las iglesias se montan al vagón de los espectáculos cristianos. Esta lamentable tendencia ha hecho que muchas iglesias, que en otros aspectos son sanas, se alejen de las prioridades bíblicas.

Hay iglesias que construyen sus edificios como teatros. En lugar de un pulpito tienen un escenario. Tienen grandes plataformas realzadas con luces y sonido, contratan especialistas en publicidad, consultores de espectáculos, directores de escenario, expertos en efectos especiales y coreógrafos.
La idea es darle a la audiencia lo que le gusta; adaptar los servicios para atraer multitudes. Como resultado los pastores parecen más políticos que pastores, preocupados más por agradar al público que por guiar y alimentar espiritualmente al rebaño. La gente recibe un espectáculo refinado y profesional, donde el drama, la música popular y un sermón ligero constituyen el servicio de adoración. Pero el énfasis no es en la adoración sino en el entretenimiento.

Detrás de esta tendencia esta la noción de que la iglesia tiene que centrarse y existe para alcanzar a los incrédulos. Por ello, las iglesias apelan a los consumidores de la misma manera que lo hacen la coca-cola, el cereal Frosted Flakes o la cerveza Miller Lite–usando estrategias de mercadeo para atraer al consumidor.

Esa filosofía es el resultado de una mala teología. Es un sistema enraizado en una teología arminiana que ve la conversión como un acto de la voluntad humana lo cual requiere una presentación adecuada del mensaje para que la gente se salve. Su meta es una decisión instantánea no un cambio radical del corazón.

Esta corrupción del Evangelio, al estilo de los publicistas de Madison-Avenue, asume que el principal propósito de las reuniones de la iglesia es reclutar incrédulos. Por ello, muchas iglesias han abandonado la adoración como tal y han relegado la predicación a un culto secundario entre semana. Tal cosa se aparta de
Hechos 2.24: “y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la comunión unos con otros y en el partimiento del pan y en las oraciones.” Hebreos 10.24-25 nos muestra el propósito y el requerimiento de las reuniones de la iglesia del principio: “considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y las buenas obras, no dejando de congregarnos como algunos tienen por costumbre.” Note que la prioridad bíblica de la iglesia es adorar a Dios y edificar a los santos. La iglesia debe reunirse para adorar y edificarse, y luego salir para evangelizar al mundo.

Nuestro Señor comisionó a sus discípulos para evangelizar de esta manera
: “Id y haced discípulos en todas las naciones.” (Mat. 28.19). Cristo enseñó claramente que su pueblo no se tiene que reunir pensando como atraer y agradar a los incrédulos. La iglesia es la que debe ir al mundo, no el mundo a la iglesia. Esta es la responsabilidad de cada creyente. Me temo que los métodos que enfatizan la presentación de un evangelio atractivo al incrédulo en los cultos de adoración, absuelve a los cristianos individuales de su obligación personal de ser luz en el mundo (Mt. 5.16).

Nuestra sociedad está llena de gente que quiere lo que quiere cuando lo quiere. Esta gente tiene su estilo de vida, sus gustos y sus entretenimientos. Cuando las iglesias apelan a esos deseos egoístas, lo que hacen es estimular ese fuego y estorbar el desarrollo de la verdadera piedad. Las iglesias que usan esos métodos usualmente crecen bastante, mientras que las que no lo hacen tienen dificultades. Y muchos líderes, preocupados por el crecimiento numérico en sus iglesias son atraídos a esa filosofía del entretenimiento. Consideremos lo que esta filosofía hace al mensaje del Evangelio. Hay quienes afirman que mientras los principios bíblicos sean presentados, no importa la forma en que se haga. Eso no tiene sentido. ¿Por qué no tener entonces un carnaval? Imagine un lanzador de cuchillos, vestido de payaso, lleno de tatuajes haciendo malabarismos con sierras eléctricas mientras grita versos bíblicos. Esto es un escenario grotesco, pero ilustra cómo es que la forma en que se hacen las cosas rebaja y corrompe el mensaje.

Tristemente, eso no difiere de lo que actualmente sucede en algunas iglesias. Rockeros, salseros, vetriloquistas, payasos, contorsionistas y celebridades del mundo han sustituido al predicador. Y así el Evangelio es denigrado. Tenemos que ser cuidadosos de armonizar nuestros métodos con los principios bíblicos y las profundas verdades espirituales que tratamos de transmitir. Es demasiado fácil trivializar el mensaje santo del Evangelio.

No te apresures a desear las tendencias de las súper-iglesias con alta tecnología y calidad artística y énfasis en la música. Y no menosprecies la adoración y la predicación bíblica y seria. No se necesitan métodos ingeniosos para que la gente sea salva (1 Cor. 1.21). Simplemente necesitamos retornar a la predicación de la verdad y dedicarnos a sembrar la semilla. Si somos fieles a eso, la tierra que Dios ha preparado producirá fruto.

10 COSAS QUE USTED DEBE SABER SOBRE LA SANA DOCTRINA por Bobby Jamieson


1. La sana doctrina re-cuenta la historia única que se extiende a través de toda la Escritura.
Desde la creación, a través de nuestra caída en el pecado, hasta la obra salvadora de Jesús en la cruz y la eventual restauración del gobierno de Dios sobre toda la creación, la Biblia cuenta una sola narrativa épica que abarca el Génesis hasta el Apocalipsis. La sana doctrina traza los contornos de esta historia y la repite en formas simples y memorables.

2. La sana doctrina resume y sintetiza las enseñanzas de la Biblia como un todo coherente.
A pesar de su diversidad, la Escritura encaja como una maravillosa unidad, ya que se compone de las palabras de Dios, revelando los propios pensamientos y los actos de Dios. La sana doctrina reúne toda la enseñanza de la Escritura sobre todos los temas que aborda la Biblia.

3. La sana doctrina es una guía y guardia para la lectura y la enseñanza de la Biblia.
El objetivo de la lectura y la enseñanza de la Escritura es amar a Dios, y la manera de amar a Dios es conocer a Dios. La sana doctrina nos dice cómo es Dios para que le amemos más. Y la sana doctrina es un protector importante para la interpretación de la Escritura. Esto ayuda a asegurar que confesemos y nos deleitemos en todo lo que la Escritura enseña, en lugar de colocar un pasaje en contra de otro o sacar conclusiones de un pasaje que contradice otro.

4. La sana doctrina es el mapa de Dios para la vida cristiana y la vida de la iglesia.
Escuchamos a la enseñanza de la Palabra de Dios con el propósito de vivirla. La sana doctrina no es un archivo de información que sirve sólo para presentar hechos. Más bien, es un mapa para nuestra peregrinación de este mundo al mundo por venir.

5. La sana doctrina nutre la santidad.
Toda doctrina bíblica, abrazado por la mente y aplicado al corazón, nos conforma con el carácter de Cristo. La sana doctrina nos impulsa a dedicarnos más completamente a Dios en nuestros pensamientos, deseos, actitudes, palabras y acciones –que es lo que la Biblia llama “santidad” cuando Jesús oró, “Santifícalos en la verdad tu palabra es verdad” (Juan 17:17).


6. La sana doctrina es la base y el patrón del amor.
El apóstol Juan dijo una vez a una iglesia que los amó “en la verdad,” y que todos los que conocen la verdad los ama también, “a causa de la verdad que permanece en nosotros, y estará para siempre con nosotros” (2 Juan 1 – 2). La verdad es la base de la relación especial de amor que une a los corazones de los cristianos entre sí. Y la verdad es el patrón de nuestro amor: debemos amarnos unos a otros en hecho y en verdad, porque así es como Jesús nos (1 Juan 3:16-18) amó.


7. La sana doctrina es el fundamento de la unidad en la iglesia.
Cuando la iglesia de Corinto estaba desgarrada por las divisiones sobre líderes favorecidos, Pablo replicó: “¿Está dividido Cristo?¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo” (1 Cor. 1:13). La unidad de la Iglesia se basa en la unidad de la fe.


8. La sana doctrina es el combustible para el fuego de la adoración.
Una y otra vez la Biblia no sólo nos dice que adoremos; se nos dice por qué adorar (Salmo 95:1-7). La sana doctrina nos recuerda que Dios nos ha librado de nuestros pecados, nos reconcilió consigo mismo, y se comprometió a proveer para todas nuestras necesidades, ahora y siempre. Todas estas son razones para alabarlo, adorarlo, hacer ruido gozoso con él, y postrarnos delante de él en sumisión y obediencia.

9. La sana doctrina equipa y da valor para la evangelización.
Cuanto mejor conozca el evangelio, mejor podrá compartir el evangelio. Y cuanto mejor recuerdas de que Dios es el que da vida a los muertos y da la vista a los ciegos (Efesios 2:1-10, 2. Corintios 4:3-6), más predicarás el evangelio con valentía, orando por la conversión, y confiando en Dios para salvar a los pecadores.

10. La sana doctrina llena nuestro gozo.
En referencia a toda la enseñanza que dio a sus discípulos en su última noche con ellos – incluyendo parte de la enseñanza más rica de la Biblia sobre la Trinidad – Jesús dice: “Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea completo” (Juan 15:11). Debido a que desarrolla las riquezas de la gracia de Dios para nosotros, la sana doctrina trae luz, esperanza y gozo. Llena nuestros corazones con satisfacción en Cristo a causa de lo que él ha hecho por nosotros.

15 SUGERENCIAS PARA PREDICADORES por Brian G. Najapfour


1. Predique doctrinalmente. No sólo enseñe doctrinas bíblicas tales como la justificación y la santificación en su escuela dominical. Predica estas doctrinas también durante el servicio de adoración.

2. Predique discriminatoriamente. Diríjase a creyentes y no creyentes en su predicación. No dé por sentado que todo el mundo en su congregación es salvo. Pero no piense tampoco que nadie es salvo.

3. Predique aplicativamente. Aplique su texto a sus oyentes. Con el uso de ilustraciones prácticas, ayudarles a aplicar su mensaje a su vida diaria. Recuerde que un sermón sin una aplicación es como una conferencia. Usted está predicando, no dando conferencias.

4. Predique con claridad. Organice sus pensamientos. Evite las palabras altisonantes. Considere la posibilidad de los niños de su congregación. Si usted tiene que emplear una palabra grande (por ejemplo, la justificación), explíquelo con palabras sencillas.

5. Predique evangelísticamente. Sí, predique contra el pecado, pero no se detenga allí. Predique acerca de la salvación también. Si usted predica la Ley sin el evangelio, usted hará que su congregación se desespere. Además, no creo que el evangelio es sólo para los incrédulos. Los creyentes lo necesitan, así como para su santificación.

6. Predique con poder. Predica con la unción del Espíritu Santo, como lo hizo el apóstol Pablo: “Y ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no descanse en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.” (1. Cor 2:4-5).

7. Predique con oración. Oren antes, durante y después de que usted predica. Humildemente reconozca que sin la ayuda de Dios, no puedes hacer nada. Dese cuenta de que solo Dios puede cambiar los corazones de sus oyentes.

8. Predique con expectación. Recuerde que nada es imposible para Dios. Espere mucho que Él va a hacer cosas maravillosas –salvar pecadores y santificar santos. Puede estar seguro de que Su palabra no volverá a Él vacía. Él puede incluso utilizar su peor sermón para cumplir Su plan maravilloso.

9. Predique persuasivamente. Demuestre que lo que anunciáis es la palabra de Dios. Anuncie: “Así dice el Señor.” Además, no tenga miedo en declarar las verdades de Dios, incluso si al hacerlo algunos de sus oyentes podrían sentirse ofendidos. Usted no está para complacer a la gente, sino a Dios.

10. Predique con pasión. Ame no solo el predicar, sino también las personas a las que le predica. Y si usted ama a su congregación, usted las alimentará con comida nutritiva espiritualmente.

11. Predique fielmente. Sea fiel a su texto (s) anunciado. No se limite a leer el texto y dejarlo. Úselo. Expóngalo. Predíquelo.

12. Predique con seriedad. Predica de esta manera porque la misma palabra que se predica es sagrada. El Dios que os ha llamado a predicar es santo. Su mensaje es una cuestión de vida o muerte, el cielo y el infierno. Por lo tanto los chistes no tienen lugar en el púlpito. Los predicadores no están llamados a ser entretenedores.

13. Predique de manera Cristocéntrica. Aprenda de Pablo, que dice: “Yo … no fui con superioridad de palabra o de sabiduría, pues nada me propuse saber entre vosotros, excepto a Jesucristo, y éste crucificado” (1 Cor. 2:1-2). En las palabras del predicador puritano William Perkins (1558-1602), "predique un Cristo, por Cristo, para alabanza de Cristo.”

14. Predique con el ejemplo. Viva lo que predica. Demostrar santidad,y no hipocresía. Reconozca con Robert Murray M’Cheyne (1813-1843), “la mayor necesidad de mi pueblo es mi santidad personal.”

15. Predique soli Deo gloria. Su objetivo final en la predicación es glorificar a Dios. Nunca intente tomar la gloria que pertenece sólo a Dios. Cante con Fanny J. Crosby (1820-1915): "A Dios sea la gloria, grandes cosas ha hecho.”

¿SUJECIÓN ABSOLUTA AL PASTOR? por Albert Rodriguez



¿DEBEMOS TENER SUJECIÓN ABSOLUTA AL PASTOR SIN CONSIDERACIONES BÍBLICAS?

Hoy en día lamentablemente es una realidad que existan pastores que abusan de su autoridad en sus congregaciones. Para ello, argumentan que la sujeción absoluta a su persona y a sus doctrinas humanas tiene sustento bíblico y que debe ser y hacerse sin miramientos, ni cuestionamientos y ni condiciones a ellos. Uno de esos argumentos bíblicos, fuera de su contexto por supuesto, se halla en Hebreos 13:17:
Hebreos 13:17 “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso”. 
Lo curioso es que no miran el contexto de dicho capítulo, porque más arriba dice el autor de Hebreos: 
Hebreos 13:7 “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe”.
Aquí hay palabras claves: “Considerar”, “Resultado de su conducta” “Fe” (Fe, no solo en el sentido y significado de “creer”, sino también el de compartir el mismo sentir y pensar doctrinal y bíblico). En otras palabras, como iglesia tenemos la obligación y la responsabilidad de discernir si el líder de la iglesia anda conforme a las Escrituras, y no en sus términos humanos. 
La misma idea comparte el apóstol Pedro en su primera epístola, sobre cómo el pastor debe manejar el gobierno de la iglesia y cuál es el límite de su autoridad:
1 Pedro 5:1-3 “Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, CUIDANDO DE ELLA, NO POR FUERZA, SINO VOLUNTARIAMENTE; NO POR GANANCIA DESHONESTA, SINO CON ÁNIMO PRONTO; NO COMO TENIENDO SEÑORÍO SOBRE LOS QUE ESTÁN A VUESTRO CUIDADO, SINO SIENDO EJEMPLOS DE LA GREY” (Mayúsculas añadidas).
La pregunta es: ¿Cómo podemos considerar la conducta y la fe de un pastor al cual hemos de sujetarnos en obediencia a ellos? El apóstol Pablo realiza una serie de requerimientos en las llamadas “Epístolas pastorales” (1 y 2 Timoteo y Tito) para que aquel que es llamado a ser pastor o anciano de la iglesia. Estas epístolas fueron dirigidas a iglesias locales determinadas del Siglo I, y resaltan patrones eficaces de ministerio; la cuales también pueden aplicarse a las iglesias de hoy en día. La transcribo tal cual con el fin de que podamos discernir y considerar la fe y la conducta de aquel que labora como pastor sobre una congregación y se enfoca específicamente en tres áreas:
COMO TESTIMONIO PERSONAL
• Irreprensible (Léase 1 Timoteo 3:2; Tito 1:7).
• Buen testimonio (Léase 1 Timoteo 3:7).
• Decoroso (Léase 1 Timoteo 3:3).
• Sobrio (Léase 1 Timoteo 3:3; Tito 1:8).
• Dueño de sí mismo (Léase Tito 1:8).
• Prudente (Léase 1 Timoteo 3:2).
• Justo (Léase Tito 1:8).
• Santo (Léase Tito 1:8).
• Amante de lo bueno (Léase Tito 1:8).
• Hospedador (Léase 1 Timoteo 3:2; Tito 1:8).
• Amable (Léase 1 Timoteo 3:3).
• Apacible (Léase 1 Timoteo 3:3).
• No iracundo (Léase Tito 1:8).
• No pendenciero (Léase 1 Timoteo 3:3; Tito 1:7).
• No codicioso de ganancias deshonestas (Léase 1 Timoteo 3:3; Tito 1:7).
• No avaro (Léase 1 Timoteo 3:3).
• No soberbio (Léase Tito 1:7).
• No dado al vino (Léase 1 Timoteo 3:3; Tito 1:7).
COMO PADRE DE FAMILIA
• Que gobierne bien su casa (Léase 1 Timoteo 3:4).
• Marido de una sola mujer (Léase 1 Timoteo 3:2).
• Que sujete a sus hijos con toda honestidad (Léase 1 Timoteo 3:4).
• Que sus hijos perseveren en la fe (Léase 1 Timoteo 3:4).
• Que sus hijos no sean acusados de disolución (Léase 1 Timoteo 3:4).
• Que enseñe a sus hijos a caminar en obediencia (Léase 1 Timoteo 3:4).
COMO MAESTRO
• Retenedor de la palabra fiel tal y como ha sido enseñada (Léase Tito 1:9).
• Aptos para enseñar (Léase 1 Timoteo 3:2).
• Enseñe de acuerdo a la sana doctrina (Léase Tito 2:1).
• Predique la Palabra con toda paciencia y doctrina (Léase 2 Timoteo 4:2).
• Hace obra de evangelista (Léase 2 Timoteo 4:5).
• Presentarse como aprobado que usa (interpreta) bien la Palabra de verdad (Léase 2 Timoteo 2:15).
• Capaz de exhortar y convencer (Léase Tito 1:9).
• No un neófito (Léase 1 Timoteo 3:6).
• Su base doctrinal y práctica está en las Escrituras (Léase 2 Timoteo 3:14-17).
• Sabio para la salvación que es por la fe en Cristo Jesús (2 Timoteo 3:14).
(Nota: Esta lista NO ES exhaustiva)
Por razones obvias, no se espera que el pastor sea sumamente perfecto en todas estas áreas; pero sí que posea el respaldo de Dios, la madurez necesaria y el fruto evidente en su vida para que sea capaz de ejercer con autoridad bíblica y los miembros de la congregación puedan sujetarse a él debidamente. 
Qué importante sería para los pastores o para a los que aspiran al ministerio pastoral reflexionar bíblicamente si cumplen con estos requerimientos o si ha sido llamado a la obra conforme a los propósitos del SEÑOR (Léase Efesios 4:11-13). Al final, la conducta y la fe correctas de un anciano o pastor siempre va enfocada a imitar y seguir las pisadas del mejor Maestro en cuanto a cómo pastorear y ejercer autoridad en una congregación:
Mateo 20:25-28 “Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”.
¡Dichosos aquéllos que sean hallados fieles en la obra para la cual han sido llamados y den sus vidas por las ovejas que el Buen Pastor ama!
1 Pedro 5:4 “Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria”.
¡Sólo a Dios la Gloria!




Tomado de aquí.