martes, 7 de octubre de 2014

RESEÑA DEL LIBRO DE BENNY HINN por Pablo Santomauro y Ricardo Becerra

"Señor, necesito un Milagro"
El título es más que llamativo, ¿quién no necesita un milagro? En la portada trasera del libro Señor, necesito un Milagro, el autor nos revela un “secreto”, que por alguna razón, las grandes mentes del mundo cristiano no supieron descubrir en 2000 años de historia. El “secreto” consiste en que usted como cristiano, puede y debe recibir sanidad siempre, además de vivir en perfecta salud todo los días de su vida. Lamentablemente, el libro no cumple lo que promete.
¿Fe en Dios o en mis declaraciones?
Hinn afirma que existe un muro protector que nos protege de toda enfermedad (p. 93). Este muro protector consiste en “creer, proclamar y comenzar a vivir de tal forma que podamos decir: ‘¡La enfermedad no es mía y no la toleraré bajo ninguna circunstancia!’ Cuando este mensaje comience a moverse dentro de nuestra alma, la enfermedad tendrá que huir. . . Usted debe oírla, hablarla y confesarla” (pp. 94, 95).
Este concepto que se conoce como “la Confesión Positiva”, las sectas metafísicas por muchos años lo han enseñado a sus adeptos. La Biblia no enseña la confesión positiva. Esta forma de orar promueve una fe en su propia fe o en sus declaraciones en lugar de depender de la soberanía de Dios. Cuando Timoteo padecía de sus problemas estomacales y enfermedades, Pablo no le recetó que negara sus síntomas de enfermedad y que reclamara o confesará su sanidad. Todo lo contrario, Pablo más bien le dio un remedio para aliviar sus malestares, bebiendo un poco de vino en lugar de agua (1 Tim. 5:23).
La Salvación y Sanidad
En el libro, Benny Hinn dogmáticamente dice: “Repito, cuando el Señor perdona el pecado, siempre incluye sanidad” (p. 89, “énfasis agregado”) . Sin embargo, la Escritura y la vida real contradicen esta declaración. ¿Qué de las cantidades de personas que reciben a Cristo como su salvador estando enfermas y no son sanadas? ¿Qué de aquellos cristianos que caen enfermos y sufren por largo tiempo? Benny Hinn tiene la respuesta a estas preguntas:
1. La persona no ha seguido sus 4 leyes (pp. 94-95). 2. La persona puede estar en pecado (pp. 74-75). 3.La persona no tiene suficiente fe (pp. 97 y 102).
La absurdidad del razonamiento de Hinn es evidente, cuando recordamos al apóstol Pablo y su enfermedad (2 Cor. 12:7-9), a Timoteo con sus malestares estomacales (1 Tim. 5:23), o al profeta Eliseo que murió de una enfermedad (2 Rey. 13:14). ¿Acaso estos hombres de Dios vivieron en pecado o fueron faltos de fe? Además, si llevamos la declaración de Hinn a su conclusión lógica de que: “cuando el Señor perdona el pecado, siempre incluye sanidad” (p. 89), tendríamos que decir que si la persona que aceptó al Señor por primera vez, no sanó porque no tuvo suficiente fe para sanar, tampoco puede tener suficiente fe para ser salva, lo cual sería ¡absurdo!
¿Hágase mi voluntad?
Benny Hinn dice que nunca debemos decirle a Dios que se haga Su voluntad en nuestras peticiones: “Yo no soy de los que oran diciendo: ‘Si es tu voluntad Señor, sana a esta persona’. ¡La voluntad de Dios es sanar! Nunca me oirá orar diciendo palabras que puedan destruir la fe, tales como: Si es tu voluntad Señor, sánales. Dios quiere que se ponga de pie y sea sanado, hoy mañana y siempre!” (p. 83).
La palabra de Dios contradice categóricamente a Hinn. Jesucristo enseñó a sus discípulos a orar diciendo “hágase tu voluntad” (Mt. 6:10). En el jardín de Getsemaní Jesús mismo oró: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como tú” (Mt. 26:39). El apóstol Pablo oraba y pedía en oración, siempre condicionada a la voluntad de Dios (Rom. 1:10; 15:32). Además, el apóstol Juan nos dice que si oramos a Dios “conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Jn. 5:14).
En Resumen
Si necesita un milagro de Dios, ponga su vista y confianza en nuestro Señor Jesucristo, el autor y el consumador de nuestra fe (Heb. 12:2). Dependa completamente de El cuando haga su petición, aunque nuestra oración no parezca ser contestada. La verdad es que Dios siempre contesta; a veces es un “sí”, un “no” o “espera”. Cualquiera que sea la contestación debemos permanecer firmes en Sus caminos, ya que esa es la verdadera fe.
Deseamos dejar algo en claro. En el Centro de Investigaciones Religiosas creemos firmemente que Dios sana y hace milagros en las vidas de sus hijos, en su propio tiempo, en su propio plan y de acuerdo con su soberana voluntad y propósito.
Después de haber examinado, a la luz de las Escrituras, algunas de las enseñanzas del libro Señor, necesito un Milagro, creemos que éste no es muy edificante para el crecimiento del cuerpo de Cristo, ya que éste contiene principios antibíblicos y conceptos metafísicos. Estas enseñanzas pueden confundir o desviar a muchos de los caminos de Dios después de darse cuenta que el libro no cumple lo que promete

EL ERROR POSTMILENIAL por Dale H. Kuiper


La importancia del retorno de Jesucristo para la Iglesia muy difícilmente puede ser sobre-enfatizada. Es un aspecto de la promesa el cual espera cumplimiento. Es la final y coronadora obra en el completo proceso de redención. Es por eso, el objeto de deseo de esperanza que existe en cada santo. El retorno de Cristo: La resurrección del cuerpo. . . y juicio final . . . la renovación de todas las cosas . . . la gloria eterna!
Generalmente hablando existen tres visiones las cuales buscan adelantar la verdad Escritural de la segunda venida de Jesús y del Reino el cual él perfeccionará. Estas visiones difieren de acuerdo a la interpretación dada a la palabra milenio (Latín - mille, mil; y annum, año). Esta palabra ocurre solo seis veces en la Escritura y en toda ocasión se encuentra en el capitulo veinte de Revelación, admisiblemente, una porción difícil y simbólica de la Palabra. A la palabra milenio se le añaden varios prefijos (post-, pre-, y a-), de esa forma designando una interpretación particular con respecto a los mil años. El Premilenarismo toma el milenio literalmente y mantiene que Cristo ha de venir, y luego reinara sobre esta tierra por exactamente mil años. El Posmilenarismo toma la palabra figurativamente, denotando un largo periodo de tiempo pertinente a la parte final de la era Cristiana inmediatamente antes de la aparición de Cristo. El Amilenarista también interpreta el milenio simbólicamente, solamente mantiene que es una referencia a toda la era Cristiana. Nos proponemos llamar vuestra atención a estas posiciones en una serie de tres artículos, sujetándolos a la luz de la Escritura, en la esperanza de que sean constructivos a nuestra fe y esperanza. Comenzaremos con una consideración del Posmilenarismo.
Hacemos bien en dejar que un Pos-milenarista defina su propia posición. "El Posmilenarismo es la interpretación de las últimas cosas la cual mantiene que el reino de Dios está ahora siendo extendido en el mundo por medio de la predicación del evangelio y la obra salvadora del Espíritu Santo, y que eventualmente, el mundo será Cristianizado, y que el retorno de Cristo ocurrirá al final de este largo periodo de justicia y paz, comúnmente llamado el milenio." (L. Boettner) Esta definición es representativa de aquellos que mantienen esta posición. Deseamos desarrollar algunos de sus elementos para que sus implicaciones estén claramente ante nosotros.
Sin ninguna vacilación, el Posmilenarista declara que la mayoría de la humanidad es salva en Jesucristo. Si esto no fue cierto en los tiempos del Antiguo Testamento, si esto no fue cierto en los tiempos de los apóstoles, muy ciertamente no será cierto en la era final del milenio. El basa esta contención en pasajes de la Escritura los cuales hablan de la universalidad de la salvación (Salmo. 97:5, Mal. 1:11, Hechos 13:47), el mundo como el objeto de la redención en Cristo (Juan 1:29 y 3:16, 1 Juan 2:2), y especialmente sobre Mateo 28:18-20 donde Cristo dice "Y llegando Jesús, les habló, diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y doctrinad á todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo: Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén ". En este texto él ve que Cristo tiene tanto la habilidad como el derecho de Cristianizar a todo el mundo. A causa de la promesa de Cristo, el número de redimidos ha de incrementar hasta que sobrepase el número de los perdidos. Una vez más sin vacilar, el Posmilenarista declara que el mundo se está tornando mejor; Existen periodos cortos durante los cuales parece que las fuerzas del mal están ganando, pero si miramos atrás a través de toda la historia, él ve inequívocamente progreso y mejoramiento espiritual. Siempre el pecado estará en el mundo, aún hasta el fin del tiempo, pero su influencia será aminorada, y los malos serán los menos. Los principios Cristianos y conducta se harán el estándar aceptado tanto en la vida pública como la privada. La Educación, los negocios, el gobierno, la industria, toda la sociedad vendrá bajo el dominio de la vida y pensamiento Cristianos. ¿No puede eso ser observado hoy? La esclavitud y la poligamia son prácticamente no-existentes. El rol de la mujer y los niños ha mejorado grandemente en un siglo. Las naciones han comenzado a cooperar de manera que la arbitración reemplaza la guerra y el derramamiento de sangre. La Biblia, una vez la preserva privada del clérigo, ha sido traducida, e imprimada en cientos de lenguas nativas. Cerca de diez millones de copias son vendidas anualmente de modo que le noventa y ocho por ciento de las personas del mundo la tienen en sus hogares. La obra misionera florece: El Cristianismo está al borde de convertirse en LA religión mundial. Y si el progreso no ha sido tan rápido o extensivo como lo deseáramos, la culpa debe ser puesta a la puerta de la iglesia por no luchar seriamente por evangelizar el mundo en respuesta al mandamiento de Cristo.
Siendo justos, debe ser además mencionado que el Posmilenarismo cree que estos cambios debe obtenerse, no naturalmente, ni por algún proceso evolutivo en la raza humana, sino por la predicación del Evangelio de Jesucristo y la poderosa obra del Espíritu Santo en los corazones de los hombres. Ese evangelio debe ser predicado. Luego el futuro mostrará que lo mejor está por venir; la guerra y el derramamiento de sangre han de cesar (Isaías 2:4), la corrupción desaparecerá, y un periodo largo de justicia y paz (el milenio) vendrá a este mundo! Su voluntad será hecha en la tierra así como en el cielo. Cristo ha de venir a un mundo en esa condición dorada. Él traerá un fin a esta edad presente, y los reinos de este mundo serán el reino de Cristo (Revelación 11:15).
Estamos convencidos que lo que se ha dicho no es la verdad de la Escritura. Aunque el Posmilenarista cree que la Biblia es la Palabra de Dios, no obstante yerra grandemente en la interpretación de muchos pasajes de la Escritura, y por eso cae en error en lo concerniente al milenio. En lo que sigue, mostraremos este error.
Extrañamente se puede mostrar de los periódicos diarios; no se leen noticias de las naciones resolviendo disputas por medio de arbitraje. Las Naciones Unidas han probado ser una broma costosa. Las guerras continúan, y aun aumentan! Leemos del crimen creciendo geométricamente, de modo que incontables áreas de esta tierra [EE. UU.] (Supuestamente la más avanzada y Cristiana, llevará a otros a Cristo) son inseguras para la vida normal. Los anuncios de películas y las revistas de libros, disturbios estudiantiles y huelgas, todo esto muestra que el "Cristianizamiento" de estas áreas no ha comenzado. Ni pasará jamás cercano a los niveles optimistas descritos arriba. Las pasadas guerras mundiales mas las numerosas guerras restringidas debieron haber roto tal optimismo. Estos eventos continúan haciendo eso diariamente. El tiempo presente no se compara tan favorablemente a la Edad Media. El pecado ha aumentado, aunque quizás tomando una forma sutil y "refinada". La civilización no puede ser erróneamente tomada por el fruto del evangelio. Lo decisivo para el cristiano es lo que la Palabra de Dios dice de las realidades concernientes a la salvación, el pecado, el milenio, las últimas cosas. El Posmilenarista, o ignora ciertos pasajes de la Escritura, o les da un significado muy forzado y no natural. Ciertamente Dios ha revelado su voluntad de salvar en Jesucristo a un número relativamente pequeño de hombres, mientras que el resto de la humanidad perece. El ejército de los redimidos ha de constituir un vasto frente, para estar seguro, pero comparado con los perdidos, debe ser llamado una minoría. En Mateo 22:14 se declara que muchos son los llamados y pocos los escogidos. Muchos, no siquiera todos los hombres escuchan la predicación de la Palabra, pero pocos son los escogidos para ser salvos por la Palabra para gloria. Para la mayoría la predicación es meramente un testimonio que les deja sin excusa. La Iglesia de Cristo es llamada manada pequeña (Lucas 12:32) y una choza en la viña (Isaías 1:8). Estos términos nos prohíben decir que la mayoría de los hombres han de ser salvos, en cualquier era.
Segundo, existe siempre el tremendo testimonio del capítulo 24 de Mateo. Nadie puede creer estas palabras y todavía mantener una edad dorada de justicia y paz la cual ha de ser obtenida justo antes del retorno de Cristo. Jesús nos dice aquí que la señal de Su venida y del fin del mundo (eventos simultáneos) ha de incluir el aumento en las guerras, disturbios étnicos, hambres, pestilencias, y terremotos. En vez de una tornar universal hacia la verdad y la paz habrá falsos profetas y la maldad se aumentará. La tribulación será la porción de la Iglesia en aquellos días. La verdadera religión estará casi extinguida. Cuando Jesús vuelva, ¿hallará fe en la tierra? (Lucas 18:8). La respuesta no es un "sí" resonante como muchos responderían, ni es tampoco "no", pero la contestación es un quieto y vacilante "si, Dios perseverará Su Iglesia en fe" pero se requerirá Su gracia en el acortamiento de aquellos días.
Les pedimos que estudien Mateo 24 y Revelación 20, y también otras porciones relevantes de la Escritura. Pon a un lado todas las opiniones privadas, y déjense ser guiados por el Espíritu y la Palabra. Hagan esto solo después que hayan orado. Creemos que ustedes verán que vivimos cerca del final del milenio, ese periodo de tiempo que se estrecha desde la primera venida de Cristo hasta Su retorno. En esa era debe ser observado un desarrollo doble: el mundo incrementa en pecado e impiedad hasta que el Anti-Cristo es revelado, y se hace maduro para destrucción; La iglesia es reunida y salvada, todos hasta el último de los escogidos! Entonces Cristo vendrá; ¡Y con Él, el fin!
El Rev. Dale H. Kuiper es pastor de "Southeast Protestant Reformed Church" en Grand Rapids, Michigan.  

EL ERROR PREMILENIAL por Dale H. Kuiper


Como uno ve los eventos que rodean el retorno de Jesucristo en gloria, está determinado ampliamente por la interpretación dada el término milenio (mil años - ver Rev. 20:1-7).  Como fue señalado en el artículo previo, existen tres interpretaciones: post-, pre-, and a-milenarismo.  Hemos visto que el post-milenarismo es aquella visión optimista la cual mantiene que Cristo retornará después del milenio (un largo tiempo de, no necesariamente de mil años exactos), y encontrará el mundo completamente Cristianizado con solamente unos pocos vestigios de pecado.  Será una era dorada de justicia y paz, la mayoría de la humanidad ha de ser salva, y la guerra habrá desaparecido de la faz de la tierra.  Fue mostrado que tal concepción no puede ser armonizada con muchas porciones de las Sagradas Escrituras, y por eso debe ser rechazada.  

Considerando el premilenarismo, la primera idea que uno recibe que esta posición no puede ser la enseñanza de la Palabra de Dios es la asombrosa falta de acuerdo entre los mismos Premilenaristas.  ¿Si la Escritura presentará las cosas finales como esta posición insiste, no debería haber unanimidad con todos excepto quizás en algunos puntos menores?  Pero este no es el caso.  La definición la cual ofrecemos es, por lo tanto, no representativa de todos los Premilenaristas, pero es lo suficientemente general como para incluir la mayoría: El Premilenarismo Histórico es la visión de las últimas cosas el cual mantiene que la Segunda venida de Cristo será seguida por un periodo de paz (exactamente mil años) tiempo durante el cual Cristo va a reinar en esta tierra en un reino terrenal; luego vendrá el fin.  Una forma más radical de esto es el Dispensacionalismo.  El dispensacionalista divide la historia de la humanidad en siete periodos o dispensaciones distintos, y enseña que Dios trata con la raza humana de acuerdo a un principio distinto: inocencia, conciencia, gobierno humano, promesa, ley, gracia, reino.  Además, esta visión insiste en que la iglesia será removida de la tierra antes de la gran tribulación (ver Mateo 24:29).  Esta última posición, desarrollada por John N. Darby en Inglaterra cerca de 1830, y diseminada ampliamente en este país por la Biblia de Referencia Scofield, es realmente el fenómeno único llamado Premilenarismo Americano.  No está enseñado en la Biblia pero sí en la Biblia de Referencia Scofield.  No confunda las dos.  La Biblia es la infalible Palabra de Dios; la Biblia de Referencia Scofield es un comentario engañoso que contiene “notas explicativas” en la misma página con el texto de Escritura.  

El Premilenarismo nunca ha sido incorporado en ninguno de los credos, sino que es la interpretación privada de individuos de muchas denominaciones.  Nunca ha sido mantenido por teólogos sobresalientes ni enseñado en Seminarios donde la erudición y la exégesis son prominentes, sino por varios grupos Pentecostales y de Santidad, e Institutos Bíblicos.  Hoy esto parece estar cambiando un poco.  El Premilenarismo parece estar haciendo entradas en la comunidad Reformada.  Es para contra atacar esta tendencia, y para proveer al pueblo de Dios con algunos guías Escriturales para verificación que brevemente examinamos esta visión errónea.  

Tengámoslo claramente en mente. Sus principales distintivos son: 1. Los Judíos son el pueblo original al cual Dios le interesa, ellos son su pueblo del Reino.  A ellos Dios le habló todo el Antiguo Testamento y a ellos les fue prometido el Mesías.  2. Cuando Cristo vino, Él no fue reconocido ni creído por la mayoría de los judíos.  Esta contingencia no había sido prevista por los profetas, ni era el plan original de Dios.  Sin embargo, como Israel, las doce tribus, rechazaron a Cristo, como un expediente Él se resuelve a los Gentiles, cuales gentes constituyen la Iglesia en distinción del Reino.  Por eso la Iglesia es un paréntesis en la historia.  Comenzó en la cruz y ha de terminar al comienzo del milenio.  Además, este implica que la Escritura ha sido escrita para dos audiencias distintas.  Parte es para los judíos – el Antiguo Testamento entero, la mayor parte de los Evangelios y especialmente el Sermón del Monte y partes de Revelación.  Las Epístolas más otras partes del libro de Revelación son para la Iglesia.  3. En cualquier momento, sin señales o anuncio, habrá un Rapto.  Ver 1 Tes. 4:13-17, Mateo 24:40-41, y Mateo 25:13.  Por el Rapto se quiere decir la separación momentánea y secreta venida de Cristo a tomar para sí en el aire los cuerpos de los santos resucitados y vivos.  Los malvados muertos han de permanecer en la tumba. Esta es la Venida de Cristo por sus Santos y es conocida como la primera resurrección.  4. Después sigue un periodo de siete años llamado la Tribulación (las setenta semana de Daniel 9:24-27).  Durante este tiempo todos los eventos de Apocalipsis 4:9 y Mateo 24 han de tomar lugar.  La Iglesia, sin embargo, no está bajo tribulación sino que está con el Señor en el aire. 5. Luego Cristo viene otra vez con Sus santos a esta tierra en la Revelación [Manifestación]. En este tiempo hay otra Segunda resurrección de aquellos que murieron durante la tribulación.  La Segunda Venida de Cristo da entrada al Milenio.  6. Con la venida de Milenio, los tiempos proféticos se reanudan, pues Dios vuelve a su pueblo favorecido, los judíos.  Cristo viene a esta tierra y reina en un reno terrenal de paz y prosperidad, un reino el cual tiene su centro en Jerusalén.  Los Judíos son restaurados a Palestina, y a la vista del Mesías son vueltos a Él en una gran conversión nacional.  Al principio de este periodo Satanás es atado, y Cristo destruye el Anticristo en la batalla de Armagedón.  La maldición es removida de la naturaleza: los desiertos florecen y los animales salvajes se hacen mansos.  Grandes números de Gentiles también se convierten y son incorporados en este Reino.  7. El final del Milenio Satanás es soltado nuevamente por un corto tiempo.  8. Luego viene la tercera resurrección, la de los malvados al final del mundo.  Ellos son juzgados con el Diablo y sus ángeles, hallados faltos y lanzados para siempre al fuego del infierno.  9. Finalmente, el estado eterno con toda la plenitud del cielo y la falta de infierno es introducido.  Algunos dicen que todos los redimidos son juntados en un cielo Nuevo y tierra Nueva.  Otros mantienen el Reino y la Iglesia separados por siempre, una en la Palestina terrenal, y el otro en el cielo.  

Lo arriba presentado es una altamente condensada, resumida presentación del asunto.  Algunos autores listan tantos como 22 eventos separados.  Muchos predicadores Premilenaristas deben de acudir a gráficas [tablas] complicadas al frente del edificio de la iglesia para estar seguro que son seguidos.  Un record corto de los puntos premileniales importantes es como sigue: siete dispensaciones, ocho pactos, dos segundas venidas, tres o cuatro resurrecciones, y por lo menos cuatro juicios.  Es difícil concebir esto como la enseñanza de la Biblia, la cual fue escrita en lenguaje sencillo para los sencillos, sí, para los niños.  Ahora nos dirigimos a la refrescante, no complicada, clara Palabra de Dios, para tener luz en estos asuntos.  Subrayando el pensamiento Premilenial  está la separación hecha entre la vieja dispensación Israel y la nueva dispensación Iglesia.  La cuestión es, ¿Es Israel el pueblo el Reino de Dios y son los Gentiles la Iglesia?  ¿O es Israel un concepto espiritual, de tal manera que existe la Iglesia y la Iglesia es Israel?  Si la unidad básica del pacto de gracia puede ser establecida; si Abraham, por ejemplo, y los Gentiles del Nuevo Testamento son uno ante los ojos de Dios; si Dios trata con su pueblo en todas las edades de acuerdo a un mismo principio – fe, entonces el Premilenarismo cae, y puede solo ser llamado un ingenioso mal uso de la Escritura.  Con ese hombre de Fe Abraham, a quien todos los Judíos orgullosamente trazan sus ancestros, Dios estableció su pacto eterno de gracia.  Génesis 17:7. Ese pacto fue establecido además con la simiente de Abraham Génesis 22:17.  El Señor deja muy clara que en su simiente (Cristo) todas las naciones de la tierra han de ser bendecidas.  Génesis 22:18.  En el libro de Gálatas, Pablo (Apóstol a los Gentiles) toma el ejemplo de Abraham cuando reprende los insensatos Gálatas por su intento de Justicia por las obras.  Al hacer claro que Dios cuenta la fe en Cristo por justicia, el apóstol haba estas maravillosas palabras “Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham" Gálatas 3:7  Mas tarde escribe “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.”    Él concluye este capítulo diciendo “no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa”  ¿Puede alguien dejar de notar la unidad de Dios en la obra de redención? La simiente de Abraham, el verdadero Israel espiritual, está compuesta de todos aquellos a quienes se ha dado fe en su amado Hijo. En conexión cercana con lo arriba expuesto está el hecho que Pablo enfatizó la unidad de la Iglesia en todas las edades en tales pasajes como Romanos 9:6-9, Efesios 2:19-22, Efesios 4:4-6, y Colosenses 1:16-20.  Jesús mismo como el buen pastor estaba intensamente consciente de la unidad de aquellos quienes Dios les había dado para redimir; Él dijo a los Judíos en el pórtico de Salomón: Juan 10:16.

En Segundo lugar, el texto más referido por los Premilenaristas I Tesalonicenses 4:13-17, simplemente no prueba un “rapto” repentino y silencioso, y una resurrección separada de justos y malvados.  En vez, enseña un retorno de Cristo visible, notable (grito, voz, trompeta), la resurrección de los santos muertos seguida inmediatamente por la traslación de los santos quienes estén vivos en la venida de Cristo, sin decir nada acerca de los malvados; que los santos han de estar para siempre con el Señor, sugiriendo no que ellos vuelven a esta tierra mundana otra vez con sus cuerpos glorificados, espirituales e incorruptibles, sino que ellos permanecen con Cristo en ¡Gloria celestial!  Aún más, Cristo mismo hizo claro que no hay sino una sola resurrección: “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. Juan 5:28-29.  Las Escrituras revelan una Segunda venida de Cristo, una resurrección en su Venida y un juicio.

El método de interpretación seguido por los que se adhieren a este sistema está en el fracaso.  Una regla sana es que los pasajes difíciles de la Palabra, tal como es Rev. 20, deben ser explicados a la luz de los textos más simples.  Sin embargo, uno no puede escapar el sentimiento, que con esta interpretación, una teoría preconcebida es traída a la Escritura, se apela a los pasajes difíciles como prueba, y luego se intenta traer los pasajes más simples en línea con la teoría.  El resultado es una división violenta a la Palabra, y por lo tanto a ¡la obra redentora de Dios!  Pero Dios es uno.  Su Palabra es una (presentada en dos testamentos, profecía y cumplimiento), y la redención en Jesucristo ¡es una!

Positivamente, vivimos cerca del final de lo que Rev. 20 llama “los mil años”.  Este milenio comenzó en Pentecostés y habrá de terminar cuando el tiempo y la historia terminen.  Cristo retornará personalmente y visiblemente, llamará a los muertos de las tumbas y los mares, juzgará a todos los hombres de acuerdo a sus obras, y traerá sus ovejas a un rebaño, la casa celestial ¡con muchas moradas!  Que la verdad Reformada continúe siendo sonada “que el Hijo de Dios desde el principio hasta el fin del mundo, reúne, defiende y preserva para el mismo por Su Espíritu y la Palabra, de toda la raza humana, una Iglesia escogida para vida eterna, de acuerdo a la verdadera fe” (Catecismo de Heidelberg, Día del Señor XXI) ¡Benditos son todos aquellos que son miembros vivientes de ella!

El Rev. Dale H. Kuiper es pastor de la Iglesia Reformada del Sureste en Grand Rapids, Michigan.