martes, 9 de diciembre de 2014

¿POR QUÉ NO CREO EN LOS "APÓSTOLES" DE HOY? por Josué Barrios


Los apóstoles de hoy parecen falsos, pero no te dejes engañar. En realidad son falsos.


Hoy te hablaré de por qué no creo en los “apóstoles” de hoy y por qué tú tampoco deberías.

Esto lo he querido publicar desde hace mucho tiempo porque amo a la iglesia. Alguien que ama no se queda callado ante la mentira y el error.

Me entristece ver cómo los “apóstoles” de hoy hacen un gran daño creando confusión, enseñando falsas doctrinas, estafando a miles de personas y pretendiendo tener señorío y autoridad sobre muchos profesantes del cristianismo (en claro rechazo a lo que enseña 1 Pedro 5:2-3).

Tal vez algunos me acusen de divisivo, ¿Por qué? ¿Por enseñar lo que dice la Biblia? Y tal vez otras personas me acusen de juzgar injustamente. Sin embargo, y como verás a continuación, aquí busco juzgar con justicia tal y como enseña la Biblia que debemos juzgar.
“Cristo advirtió contra la mentira y si somos cristianos haremos lo mismo”

Alguien que lleve tiempo leyendo lo que escribo en este blog, sabe que cazar herejías no es mi ministerio. De entre más de 220 posts que he publicado hasta hoy, son muy escasos los posts en donde hablo sobre falsas enseñanzas y sobre guardarnos de los falsos maestros. Sin embargo, es necesario que hablemos a veces de esos temas porque la iglesia lo necesita y parte de enseñar la verdad es luchar contra la mentira. Si callo al respecto sería un hipócrita y estaría odiando a mis hermanos al no compartir con ellos la verdad. Cristo advirtió contra la mentira y si somos cristianos haremos lo mismo. El amor se goza en la verdad (1 Corintios 13:6).

La moda “apostólica” en la cual millones de cristianos están inmersos es un ataque contra nuestra fe más enorme de lo que puedes imaginar y espero poder hacértelo ver a continuación.

Lee también: El mejor amigo de un falso maestro.
¿Cuáles son los requisitos para ser apóstol?

La Palabra de Dios enseña claramente en muchos pasajes cuáles son los tres requisitos que una persona debe cumplir para tener el oficio de apóstol:
Haber sido testigo ocular de Cristo después de su resurrección (Hechos 1:22, Hechos 10:39-41, 1 Corintios 9:1, 1 Corintios 15:7-8).
Poder comprobar su apostolado con señales y milagros (Mateo 10:1-2, Hechos 1:5-8,Hechos 2:42, Hechos 4:33, Hechos 5:12, Hechos 8:14, 2 Corintios 12:12, Hebreos 2:3-4).
Haber sido escogido personalmente por el Señor Jesucristo (Marcos 3:14, Lucas 6:13,Hechos 1:2, Hechos 1:24, Hechos 10:41, Gálatas 1:1).

(¡Esos son 18 versículos repartidos en más de 5 libros de la Biblia!)

Obviamente, el primer requisito no puede ser cumplido por nadie en la actualidad. El apóstol Pablo enseña que él fue el último en ver a Cristo resucitado. “… Y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí” (1 Corintios 15:8). Por lo tanto, hoy no hay apóstoles.

Esto debería ser más que suficiente para que las personas que creen en los “apóstoles” de hoy dejen de hacerlo. Lamentablemente, parece que muchas de esas personas son más influenciables por lo que dicen algunos individuos que por lo que dice explícitamente la Palabra de Dios.

A muchas personas les parece que los “apóstoles” de hoy cumplen con el segundo requisito porque supuestamente hacen señales y milagros. Sin embargo, aun cuando esos milagros fuesen ciertos, ese requisito no es suficiente porque existen otros dos.

Además, recordemos que Jesús enseña en el Sermón del Monte que es posible hacer milagros y señales aparentemente en su nombre, y a pesar de eso ir al infierno y nunca haber sido cristiano de verdad (Mateo 7:21-23).

Ahora hablemos del tercer requisito. Muchas personas dicen en la actualidad que han sido escogidas por Dios para ser apóstoles, pero podemos tener la certeza de que eso es mentira porque no cumplen con el requisito uno (no han visto a Jesús resucitado).
“O creemos en lo que Dios ha hablado, o creemos en lo que los hombres han hablado”

Tenemos que escoger: O creemos en lo que Dios ha hablado, o creemos en lo que los hombres han hablado. El Espíritu Santo que escribió la Palabra de Dios no hace cosas contrarias a lo que enseña la Palabra de Dios (2 Timoteo 3:16-17). Dios no es mentiroso ni incoherente (Números 23:19), y en Su palabra enseña que hoy no hay apóstoles.

Otras personas dicen que los “nuevo apóstoles” son necesarios en la actualidad para darnos “revelaciones frescas”, y que por eso Dios está levantando apóstoles hoy.

¿Ese argumento es correcto? Veamos qué dice la Palabra de Dios.

Muchos dicen que Dios sigue dando apóstoles a la iglesia por lo que enseña Efesios 4:11:


“Y él mismo [Dios] constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros…”

Ese versículo no es suficiente para justificar que hoy muchos se hagan llamar apóstoles, porque como ya te mostré, ellos no pueden cumplir con los tres requisitos para el apostolado.

Hoy tenemos a personas que por la gracia de Dios pueden cumplir requisitos para ser pastores, maestros y evangelistas, pero nadie puede ser apóstol.

Sin embargo, los verdaderos apóstoles sí cumplieron con los requisitos gracias a Dios y han sido dados a la iglesia, tal y como lo muestra ese versículo que cité arriba. Son los apóstoles de lo que se conoce como la iglesia primitiva, la iglesia del primer siglo.

Las enseñanzas de los verdaderos apóstoles provienen de Dios y han sido preservadas en la Biblia gracias a Dios (tal y como ella enseña en muchos pasajes). Esas enseñanzas son la Palabra de Dios. Así que, en vez de andar haciendo caso a las “revelaciones” de los “apóstoles” de hoy, debemos estar estudiando y aprendiendo la Biblia.

Los apóstoles no son necesarios hoy en día y eso lo enseña la Biblia:

“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2:19-20)

Allí podemos leer que ya la iglesia tiene un fundamento: Los apóstoles verdaderos y los profetas.

Yo pregunto: ¿Cómo haces para colocar de nuevo el fundamento de un edificio que ya lleva 2.000 años en construcción y continúa siendo edificado para la Gloria de Dios? Simplemente no puedes hacerlo.
“El oficio del apostolado es el de servir como fundamento para la iglesia y eso ya fue hecho”

El oficio del apostolado es el de servir como fundamento para la iglesia y eso ya fue hecho por los verdadero apóstoles. Por tanto, cuando alguien hoy dice que es apóstol, está diciendo que el fundamento de nuestra fe no es suficiente (¡y por ende que Dios se equivocó haciéndolo!). Al decir eso, también está diciendo que pretende cambiarlo, ya que si supuestamente el fundamento ya colocado hace casi 2.000 años no es suficiente, entonces ese fundamento necesita un cambio de algún tipo y para eso están los “apóstoles” de hoy. Eso se llama herejía.

Si queremos leer revelaciones frescas, leamos lo que dice la Biblia en vez de buscar revelaciones en otras personas despreciando lo que Dios ha revelado y puesto en la Biblia. ¡Es muy triste ver que hay gente que pone lo que dicen los “apóstoles” de hoy a la misma altura que la Biblia! La Palabra de Dios es eterna y permanece para siempre. Nada es más actual y fresco que ella (Isaías 40:8). No hace falta un nuevo fundamento, además de que es imposible colocar uno nuevo.

Esto siempre ha sido claro para la iglesia protestante a lo largo de toda su historia porque la Palabra de Dios es demasiado clara al respecto. Esta moda actual de los “apóstoles modernos” es relativamente nueva y no tiene cabida ni en la Biblia, ni en la historia de la iglesia.

Pregúntale a un “apóstol” actual cómo es que la iglesia, según él, ha estado equivocada durante cientos de años con respecto a la enseñanza bíblica de que luego de Pablo no hay más apóstoles, y nunca sabrá darte una respuesta sólida, bíblica, humilde y verdadera. No existe tal respuesta.

Algunas personas argumentan que los “apóstoles” de hoy se hacen llamar así porque, supuestamente, son enviados por Dios con la misión de predicar, ya que eso significa la palabra apóstol. Por esa razón, algunos líderes de la iglesia primitiva (como Bernabé y Apolos) son llamados apóstoles en la Biblia en algunos pocos versículos, a pesar de que ellos no tenían el oficio apostólico dado a las personas que cumplieron, por la gracia de Dios, con los tres requisitos antes mencionados. Sin embargo, hoy nadie necesita el título de apóstol para predicar. Usarlo en la actualidad es de tropiezo para muchas personas porque causa confusión e introduce el error al hacer creer a multitudes que hoy hay líderes con el oficio apostólico de ser fundamento para la iglesia. Por eso ese título no debe usarse de ninguna manera en el presente, ya que al hacerlo, no se estaría amando al prójimo y por ende no se estaría amando a Cristo (cf. 1 Corintios 10:32-33, 8:12).
“nada en todo el universo justifica que alguien se haga llamar apóstol hoy”

Entonces, cuando veo que no solo es anti-bíblico y hereje usar el título de apóstol en la actualidad, sino que además es dañino y absolutamente innecesario, veo que nada en todo el universo justifica que alguien se haga llamar apóstol hoy.

Por tanto, y esto es lamentable, la única explicación que existe al hecho de que hoy hayan individuos que se hacen llamar así, es que simplemente son personas orgullosas. Se hace obvio que para muchos falsos maestros no es suficiente que sus seguidores los llamen pastores o maestros. Ahora tienen que llamarlos apóstoles.

Jesús enseñó a sus discípulos que quien quiera ser el primero, debe ser servidor de los demás (Marcos 9:35). Los “apóstoles” de hoy quieren ser los primeros exigiendo ser reconocidos como más importantes que los demás e intocables al hacerse llamar “apóstoles”. Vaya diferencia.

¿Por qué debemos estar alerta contra la manía “apostólica” actual?

En resumen, la moda de los “apóstoles” actual es muy peligrosa ya que ellos atentan contra la Palabra de Dios y engañan a millones de personas.

Estos “apóstoles” pretenden cambiar fundamentos esenciales de la fe cristiana al decir que son apóstoles, además de que se hacen llamar así por orgullo y vanagloria.

Tal vez exista una minoría de personas equivocadas que se hacen llamar “apóstoles” porque de alguna manera creen que lo son. Lamentablemente, han sido tan orgullosas que no se han sentado a leer la Biblia para saber si en verdad son apóstoles o no. Si en verdad fuesen hombres de Dios, buscarían ser honestos y predicar la Palabra de Dios. Tendrían celo por la verdad, pero no lo tienen. Si fuesen humildes ante Dios, leerían Su Palabra completa en vez de ignorar algunos fragmentos. Por tanto, son tan orgullosos como los charlatanes que saben que son falsos apóstoles y dicen que son apóstoles.

“Es inexcusable que alguien lea la Biblia y crea que tenga un oficio apostólico”

Es inexcusable que alguien lea la Biblia y crea que tenga un oficio apostólico, porque la enseñanza bíblica al respecto es tan clara como el agua. Así que tanto el que se hace llamar apóstol sabiendo que es un fraude, como el que se cree apóstol de verdad, son personas que rechazan la Palabra de Dios en un acto de orgullo gigante y atacan nuestra fe.

Tiemblo por aquél que se hace llamar apóstol y no lo es. En mi corazón está el deseo que se arrepienta cuanto antes.

También debemos estar alerta contra la moda “apostólica” actual porque su auge es una muestra de la ignorancia bíblica que hay en millones de personas que dicen ser cristianas. Muchas personas que se hacen llamar cristianas no son víctimas de los “apóstoles” de hoy y sus falsas enseñanzas. Son cómplices.

Me he conseguido con gente que dice que este asunto del “nuevo movimiento apostólico” no es importante, pero…

¿No debería preocuparnos que muchos profesantes crean que hoy hay apóstoles a pesar de que la Biblia es demasiado explícita al respecto?

¿No debería preocuparnos que muchos profesantes consideren como apóstoles de Cristo a personas que tienen poco conocimiento de la sana doctrina y enseñan cosas diferentes a las que Jesús y los verdaderos apóstoles enseñaron?

¿No debería preocuparnos que hoy haya gente que crea que las palabras de los “apóstoles” de hoy son nuevo fundamento para nuestra fe y que están a la altura de la Biblia?

¿Qué clase de cristiano se deja engañar tan fácilmente por hombres mentirosos y vanidosos, que con tan solo el título que se adjudican ya contradicen la Palabra de Dios más que suficiente para que sean considerados como apostatas y falsos maestros, y demuestran ser hombres orgullosos y dañinos?

¿No debería preocuparnos que hoy existan profesantes que defiendan fanáticamente a esos falsos maestros?

¿No debería preocuparnos que haya gente que llame “apóstoles de Cristo” a individuos que viven de forma muy contraria a como Cristo vivió?
“Una falla en no reconocer que los “apóstoles de Cristo” de hoy son falsos es una falla en no conocer a Cristo”

Como te he mostrado, el que se hagan llamar apóstoles innecesariamente cuando es obvio que no lo son, ya es un fruto de orgullo demasiado enorme y peligroso. “Por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:20). Si la gente conociera a Jesús, al ver los frutos podridos de orgullo de los “apóstoles” modernos sabrían claramente que ellos no son apóstoles de Jesús. Una falla en no reconocer que los “apóstoles de Cristo” de hoy son falsos es una falla en no conocer a Cristo mediante la Biblia. ¿Y cómo se puede ser cristiano y crecer en la fe sin conocer a Jesús? ¿Cómo se puede ser bíblico si se deja a un lado la Biblia?

Tendríamos que odiar mucho a nuestro prójimo para no preocuparnos por todo eso y callar al respecto. Y tristemente, hoy tenemos incluso hasta a “pastores” que toleran la manía pseudo-apostolica actual.

Este asunto importa mucho. Recordemos que la Biblia nos advierte demasiado sobre cuidarnos de los falsos maestros. Algunas personas nos acusarán de divisivos por enseñar lo que dice la Biblia al respecto, pero la iglesia de Jesús necesita conocer la verdad, y alguien que ama enseña la verdad.

Si has leído todo esto, te animo a compartir este post en las redes sociales para que más personas lo lean. Es mi oración que Dios siga guiando a su verdadera iglesia a toda verdad.