“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” Juan 5:24.
No me gusta hablar mucho de este tema porque me causa fastidio, lo confieso. Porque la Biblia, Palabra de nuestro Buen Dios y Salvador Jesucristo, no dice nada acerca de que la salvación se pierde o no se pierde, sencilla y poderosamente con toda claridad meridional, solo nos habla que Dios nos da en Jesucristo Salvación y vida eterna o sea seguridad. Lo demás solo son postulados teológicos que nada bien hacen a la iglesia.
Una vez que el individuo aceptó la salvación tal como la Biblia lo declara arrepintiéndose de sus pecados que consta de confesarlos y apartarse de ellos; Prov. 28.13; II Tim 2.19 y poniendo su fe en el Señor Jesucristo, tiene la vida eterna. Rom. 3.21-22. Es importante que el convertido entienda que tal conversión haya afectado su vida. Y que entienda que sólo hay dos familias espirituales en esta tierra: la familia de Dios y la de Satanás.
Nacemos en la familia de Satanás por medio del nacimiento físico. “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” Juan 8.44. “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” Rom. 5:12.
Nacemos en la familia de Dios por medio del nacimiento espiritual que toma lugar cuando recibimos a Jesucristo como nuestro Salvador personal. Juan 1.12-13. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” Juan 3.3-6. “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios... Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” El propósito de esta reflexión es el de enseñarle a usted acerca del estado del nuevo creyente en la familia de Dios, y con base en los hechos bíblicos, dejar establecido claramente el asunto de la seguridad eterna del cristiano. El testimonio del Señor Jesucristo es claro sobre este tema.
Jesucristo prometió esto: “...y al que a mi viene, no le echo fuera” Juan 6.37. Dios no le arrojará de su familia bajo ninguna circunstancia. Juan 5.24. "De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida." Ningún hombre puede hacer que usted pierda la salvación, porque Dios, su Padre, es mayor que cualquier hombre y ningún hombre puede sacarlo de la mano de Él. Juan 10.27-29. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. SI USTED CREE QUE LA SALVACIÓN SE PIERDE, PERDIDO ESTUVO SIEMPRE.
La respuesta es sencilla pues esta en la palabra, sin grandes posturas teologicas y lineas doctrinales, leed en Hebreos 12:14: "Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor" y Mateo 5:8 dice: "Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios", en Romanos 6:22 declara: "Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como resultado la vida eterna", que mas necesitais amados hermanos, bendiciones.
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