viernes, 30 de agosto de 2013

¿OTRO JESÚS?, por: Mike Gendron

Por Mike Gendron



¿Es el Jesús de la Iglesia Católica el Jesús bíblico? Saber y creer que el verdadero Jesús es fundamental, porque Jesús dijo: “Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.” (Juan 8:24). Un Jesús diferente es anunciado por muchos engañadores (2 Corintios 11:3-4) que niegan Su obra terminada de redención.


Los mormones predican que Jesús es el hermano de Lucifer y fue un hombre que se convirtió en Dios. Los Testigos de Jehová predican que Jesús no era Dios, sino que afirmó que él era el arcángel Miguel. El catolicismo romano predica a un Jesús que no pudo purgar todo pecado o pagar la pena completa por el pecado.

El Jesús bíblico asegura que los cristianos se han salvado de la condenación. “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.” (Romanos 5:9). El sacrificio único, perfecto y suficiente de Jesús completamente satisfizo la ira de Dios (1 Juan 2:2). El Catolicismo niega esta enseñanza fundamental y engaña a su pueblo en la creencia de que el sacrificio de la Misa satisface la ira de Dios no sólo para la los pecados de los vivos, sino también por los pecados de los muertos (Canon 3, Concilio de Trento). Los católicos son maldecidos con anatema por su iglesia si ellos dicen que son salvos de la ira de Dios, (Canon 30, Concilio de Trento). Los Católicos conocen a Jesús sólo como el que “abre la puerta” al cielo. Para que los católicos pasen por las puertas del cielo deben salvarse a sí mismos a través de la Misa y los sacramentos.

El Jesús de la Biblia hace expiación por el pecado. “a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre” (Romanos 3:25). Sin embargo, la Iglesia Católica enseña a los católicos que deben expiar sus pecados. “Esto puede hacerse a través de los dolores, las miserias y las pruebas de esta vida y, sobre todo, por la muerte. Por lo demás, la Expiación debe hacerse en la próxima vida a través del fuego y los tormentos de los castigos de purificación” (Concilio Vaticano II).

El Jesús de la Biblia es el único mediador entre Dios y el hombre (I Timoteo 2:15), pero la Iglesia Católica ofrece a María como la mediadora. El Papa Pío IX proclamó que “Dios ha encomendado a María el tesoro de todas las cosas buenas, para que todos sepan que a través de ella se obtienen toda esperanza, toda gracia, y toda la salvación. Porque esta es su voluntad: que obtengamos todo a través de María”.

El Jesús de la Biblia afirmó que El era el único camino al Padre Celestial (Juan 14:6). El Concilio Vaticano II lo niega diciendo, “el plan de salvación abarca también a aquellos que reconocen al Creador, en primer lugar, entre quienes están los musulmanes.”

Entonces, ¿por qué la Iglesia Católica Romana oculta al verdadero Jesús de sus seguidores? ¡Debido a que el verdadero Jesús establece un pueblo libre! En contraste, la Iglesia Católica Romana mantiene el control de su pueblo a través de rituales legalistas, sacramentos y amenazas de Anatema. El Jesús bíblico salva a los creyentes de la esclavitud del pecado, el engaño y la religión.

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