martes, 23 de diciembre de 2014

LA ENCARNACIÓN: LO QUE CELEBRAMOS EN NAVIDAD por R. C. Sproul




Lo que celebramos en Navidad no es tanto el nacimiento de un bebé, tan importante como es esto, sino lo que es tan significante acerca del nacimiento de ese bebé en particular es que en Su nacimiento tenemos la encarnación de Dios mismo. Encarnación significa venir en carne. Sabemos como Juan inicia su evangelio, “en el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.” Así, en esta complicada introducción, él distingue entre el Verbo y Dios, y luego en el siguiente respiro los identifica a los dos ” el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.” Y entonces al final del prólogo, él dice, “y el Verbo se hizo carne y vivió entre nosotros.” Ahora en esta “Encarnación,” si usted desea, de Cristo apareciendo en este planeta, no es Dios quien cambia repentinamente mediante una metamorfosis en un hombre, de manera que la naturaleza divina deje de existir o venga a ser una nueva forma de carne. No, la encarnación no es tal substracción como lo es una adición, donde la eterna segunda persona de la Trinidad toma sobre Sí mismo una naturaleza humana y une Su naturaleza divina a la humana para el propósito de la redención.

En el siglo XIX, los eruditos liberales pronunciaron una doctrina llamada la teoría kenotica de la encarnación, y usted puede haber escuchado de ella, la idea es que cuando Jesús vino a esta tierra, El hizo a un lado Sus atributos divinos así que el Dios-hombre al menos tocando Su deidad nunca mas tuvo sus atributos divinos de omnisciencia, omnipotencia, y todo el resto. Pero por supuesto, eso negaría totalmente la misma naturaleza de Dios, quien es inmutable. Incluso en la encarnación la naturaleza divina no pierde Sus atributos divinos. Él no los comunica a el lado humano. Él no deifica la naturaleza humana, pero en el misterio de la unión entre la naturaleza humana y divina de Jesús, la naturaleza humana es verdaderamente humana. No es omnisciente. No es omnipotente. No es ninguna de esas cosas. Pero al mismo tiempo, la naturaleza divina se mantiene total y completamente divina. B. B. Warfield, el gran escolar de Princenton, al señalar la teoría kenotica de su día dijo, “La única kenosis que esa teoría prueba es la kenosis de los cerebros de los teólogos que los están propagando.”- que ellos se han vaciado a ellos mismos de su sentido común.

En cualquier caso, lo que es vacilado es la gloria, el privilegio, exaltación. Jesús en la encarnación se quita a Si mismo la reputación. El permite que su propia exaltación divina sea sujeto de hostilidad humana y criticismo humano y negación. Él toma la forma de un siervo t viene en la forma de hombre. Esto es algo asombroso que Él no viene solo como un hombre, Él viene como esclavo. Viene en una estación que no lleva exaltación, ni dignidad, solamente indignidad. Y al ser encontrado en apariencia de hombre, Él se humilla a Sí mismo y se volvió obediente incluso al punto de muerte, la vergüenza de la muerte en la cruz.

Dr. R. C. Sproul es co pastor de Saint Andrews Chapel en Sanford, Fla. y es el fundador y presidente de Ligonier Ministries.


No hay comentarios:

Publicar un comentario