lunes, 2 de junio de 2014

¿ESTRATEGIAS QUE SALVAN? por John MacArthur

John MacArthur
“Hazte amigo del Espíritu Santo, y Él te dará la unción; ama el modelo de los doce, y tendrás dirección; trabaja con células, y tendrás multiplicación. A lo largo de estos años hemos podido comprobar y experimentar como la Visión del G12 ha transformado vidas, familias y ministerios. Ha impartido restauración a miles de personas alrededor del mundo, restaurado familias sacerdotales y ha despertado el llamado de Dios en la iglesia. Hay quienes creen que la visión es un método más, una estrategia entre muchas otras, pero la visión va más allá; pues transmite el latido del corazón de Dios, el deseo ardiente de llevar salvación y establecer el Reino de los Cielos en esta tierra.” Cesar Castellanos Domínguez (Líder del G12).
Muchos piensan que sus técnicas de evangelización, salvan, dejando de lado al que pago precio de sangre: Jesucristo, único y verdadero Señor y Salvador.  Creen que son sus estrategias las que cambian vidas  y son mucho mejores porque están acordes a nuestra época; aunque dicen ser imitadores de Cristo, es posible que si El hiciera parte de uno de sus seminarios o escuelas de evangelismo moderno, no pasaría el examen, pues las visiones humanas van en contravía de la forma como Jesucristo predicó las Buenas Nuevas de Salvación.
Los métodos de Iglecrecimiento consideran a todos los seres humanos como candidatos perfectos para ser cristianos, pero Jesús que conoce los corazones, nunca forzó a nadie a creer, tampoco les acomodó Sus Palabras con tal de que lo aceptaran, ni confío en aquellos que apresuradamente prometieron seguirle; además, es posible ver en varios pasajes, como aún puso “obstáculo” llevándoles a evaluar el costo y la necesidad de renunciar a todo.
La Iglesia emergente y sus sistemas de multiplicación se preocupan por las estadísticas, la forma de lograr que miles se decidan en una campaña por Cristo, realizan manipulaciones emocionales, shows y si es necesario intimidación. Se enseña que lo único que necesitan es hacer una oración para aceptar a Jesús y “taran” ya están escritos en el libro de la Vida y pueden publicar a los cuatro vientos que son cristianos. Se les advierte que no pongan en tela de juicio en ningún momento la salvación recibida, pues la duda es una obra del enemigo, y se les alienta a seguir adelante en su asistencia semanal. El resultado, multitudes que han hecho profesiones de fe, sin una transformación plena de Dios en sus vidas, que en la actualidad viven engañadas creyendo que son salvas y no lo son.
Es posible, que alguien que busque en la fuente de salvación correcta, Jesús; que además anhele cosas espirituales, no materiales, es decir, vida eterna, alguien que tenga la actitud correcta y escuche el Evangelio verdadero, ¿pueda irse sin obtener la salvación? Para los evangelistas modernos esto es imposible, si va a Jesús por vida eterna, levanta su mano, pasa al frente, da sus datos, en fin, no se irá sin obtener nueva vida, pero la Palabra de Dios, nos enseña que no es así.
Quizás ha leído varias veces la historia del joven rico en Mateo 19: 16 – 22, parecía tener la motivación adecuada, la mejor actitud, se acercó a Cristo e hizo la pregunta correcta, pero se fue sin ser redimido. ¿Qué estuvo mal?
MOTIVACIÓN ADECUADA: Fue en búsqueda de vida eterna, no de cosas materiales.
ACTITUD CORRECTA: No fue orgulloso, ni presuntuoso; reconoció abiertamente que no había alcanzado la vida eterna y no se avergonzó de hacer esa pregunta respetuosamente, delante de todos.
ACUDIÓ A LA FUENTE ADECUADA: Jesús no es sólo la fuente de vida eterna, El es la vida eterna, así que el joven rico estaba buscando en el lugar adecuado.
Un predicador moderno, no dejaría escapar un joven “rico” bajo ningún costo, y menos si parece tan dispuesto. Pese a todas esas condiciones, Jesús, no le acomodó el evangelio, no le invitó a creer, no le pidió que hiciera su decisión personal, en lugar de ello, levantó una barrera ante él.
¿PORQUÉ SE FUE IGUAL?
arrepentido
La salvación no es un mero fenómeno psicológico.
Jesús no le ofreció un alivio a la necesidad, él lo enfrentó a que reconociera su pecaminosidad, preguntándole acerca del cumplimiento de los mandamientos. El reconocimiento del pecado es un elemento necesario para entender la salvación. No se puede acudir a Jesús en busca de salvación basándose en necesidades psicológicas, ansiedad, falta de paz, sentimiento de desesperanza, carencia de gozo o anhelo de felicidad solamente. La salvación es para las personas que odian el pecado, que entienden que han vivido en rebeldía contra un Dios santo.
La evangelización debe tomar al pecador y medirlo con la ley perfecta de Dios para que pueda ver sus deficiencias. Una evangelización que trata sólo con las necesidades humanas, los sentimientos humanos, los problemas humanos, carece de verdadero equilibrio. La salvación no puede enfocarse sólo en el hombre, dejando de lado a Dios. Los falsos maestros se arriesgan a presentarle el evangelio a un pecador diciendo: ¿Dios tiene un plan maravilloso para su vida?, cuando justo en ese momento van camino al infierno por su rebeldía a un Dios santo y justo, que no tolera el pecado y no salvará aquellos que quieren acercarse a Él, pero proseguir en la inmundicia.
NO CONFESÓ SU CULPA
El joven rico se sentía justo, no tenía percepción alguna de haber cometido pecado, se sentía demasiado bueno, estaba aferrado a su autojustificación. Su búsqueda espiritual era auténtica, era un religioso que buscaba cumplir la ley, quizás era sincero; pero la salvación no es para personas que desean un estímulo emocional, sino para pecadores que acuden a Dios en busca de perdón. A menos de que una persona se avergüence de su pecado, no hay salvación.
Jesús quería que todos procedieran al arrepentimiento, pero era algo que este hombre no haría. Jesucristo no acepta a los pecadores según las condiciones de ellos. Aunque le amara mucho, eso no le garantizaba la vida eterna con sólo pedirla.
NO SE SOMETIÓ A JESUCRISTO
El último desafío que le hizo Jesús era: “A menos que yo sea la máxima autoridad de tu vida, no hay salvación para ti”. Al colocarse al lado de las riquezas del joven y pedirle que hiciera una elección, nuestro Señor reveló el verdadero estado del corazón de aquel.
¿Debemos desprendernos literalmente de todo lo que poseemos para ser cristianos? No, pero debemos estar dispuestos a renunciar a todo (Lucas 14: 33), lo que significa que no nos aferramos a nada con preferencia a Cristo. Debemos desear hacer todo lo que Él nos pida. El requerimiento de Jesús a este hombre tenía la intención de determinar si estaba dispuesto a someterse a la soberanía de Jesús en su vida.
El joven rico no paso la prueba, se fue triste, realmente deseaba la vida eterna, pero no estaba dispuesto  a tomar el camino señalado por Jesús: la confesión de sus pecados (Jesús Salvador) y la sumisión (Jesús Señor).
arrepentimiento
Con esto aprendemos que un mensaje que ofrece alivio psicológico pero que no requiere arrepentimiento de los pecados y afirmación del señorío de Cristo, es un evangelio falso que no salva. La salvación es un don de Dios, no consecuencia de una estrategia humana, y todos aquellos que corren a los grandes templos, sin disposición a renunciar al pecado, las posesiones, la religión falsa y el egoísmo, pueden continuar allí, pero su confesión de fe es vana y posiblemente, están en el camino ancho que lleva a la muerte.
Basado en un fragmento del libro EL EVANGELIO SEGÚN JESUCRISTO de John MacArthur

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