miércoles, 5 de noviembre de 2014

EL PECADO DE PRESUNCIÓN por Oscar Arocha



En la primera carta del apóstol Pablo a su discípulo Timoteo, él le advierte, entre otras cosas, que a medida que se acerque el final, o el regreso glorioso de nuestro Hermoso Salvador Jesucristo, el peligro de la hipocresía contra la fe será cada vez mayor: "En los postreros días vendrán tiempos peligrosos... Tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella" (2 Ti. 3:1,5). La Biblia lo profetiza y la experiencia lo confirma: muchos tendrán apariencia de cristianos sin serlo; la forma sin el fondo. Se predice que el pecado de presunción será epidémico; de ahí el peligro, ya que la historia de la Iglesia confirma de su aparición en todas las épocas, pero para el final, o "los postreros días," abundará. Pienso que al presente somos testigos de este terrible mal.

Pregunta: ¿qué es tener una forma de Cristiano?

Antes averigüemos qué es piedad: "Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia" (Ro.8:10). Piedad es cuando, mediante la fe, Dios ha sembrado el Espíritu de Cristo en el corazón, o que es una obra interna en el alma Creyente. Ahora enfoquemos nuestro verso para destacar el asunto del peligro profetizado: "Tendrán apariencia de piedad". En el lenguaje del NT, el término piadoso es igual a Cristiano, Justo, o Creyente. Esto es, que aprendieron a ser como un piadoso o Cristiano estando bajo la predicación de las doctrinas cristianas, o que las personas con apariencia de piedad estarán dentro de la Iglesia. La piedad es un árbol que crece sólo en el terreno de la Iglesia de Cristo. La proporción de cizaña sobre trigo en una congregación local siempre ha existido, pero en los postreros tiempos será mayor que nunca antes: epidémica. Se agrega a esto el hecho de que tal problema pudiera caerle a un ministro fiel y competente como Timoteo, indica que ocurriría en cualquier iglesia fiel de hoy día. Si la advertencia fue válida a Timoteo hace unos dos mil años, cuanto más a nosotros en pleno siglo XXI. No estamos exonerados de esta plaga. En otro lugar el apóstol Pablo titula esto como el "peligro entre falsos hermanos".

Respuesta

Ellos tienen una muestra de fe y santidad vacía o hueca. Apariencia sin esencia. No son hombres narcotraficantes, ni idólatras o ateos, sino que profesan ser Cristianos, hacen clara manifestación de religión. Hay artistas de películas de vaqueros, de gladiadores, de soldados... Así, estos artistas de la religión verdadera son profesionales del disfraz y la imitación. Tienen ropas de rey, pero son mendigos. Un caso: "El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano" (Lc. 18:11-12). Dijo ser hijo de Dios en palabras y obras, pero la vida del Espíritu de Cristo no estaba en él. Los fariseos fueron profesantes de prestigio, pero sepulcros blanqueados. Luz de invierno, sin vida ni calor; sombra de cristiano. En avicultura se llama un huevo huero: la forma de huevo, pero vacío por dentro. No sería alimento al cuerpo. Entiéndase, pues, que la Biblia enseña que es posible parecer cristiano sin serlo, y sin saberlo, lo cual sería muy trágico. Varios casos para probarlo.

Un caso: Los milagreros:

"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad" (Mt. 7:21). Sus sentimientos eran intensos: "Señor, Señor"; sus voces religiosas más altas que el Cristiano común, y sus obras mucho más atractivas. Fuerte apariencia, pero ninguna esencia. Pecado de presunción; llenos de orgullo y opresión.

Otro caso, con deseo de adorar al niño Jesús:

"Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore... Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén" (Mt. 2:8, 16).

Otro más, que obedeció la Palabra de Dios:

"Así exterminó Jehú a Baal de Israel. Con todo eso, Jehú no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel; y dejó en pie los becerros de oro que estaban en Bet-el y en Dan. Y Jehová dijo a Jehú: Por cuanto has hecho bien ejecutando lo recto delante de mis ojos, e hiciste a la casa de Acab conforme a todo lo que estaba en mi corazón, tus hijos se sentarán sobre el trono de Israel hasta la cuarta generación. Más Jehú no cuidó de andar en la ley de Jehová Dios de Israel con todo su corazón, ni se apartó de los pecados de Jeroboam, el que había hecho pecar a Israel" (2 R. 10:28-31). Jehú pretendió destruir la idolatría, cuando su real motivo fue tomar el reino para sí, no que Dios reinara en su corazón ni sobre el pueblo; mírelo: "No cuidó de andar en la ley de Jehová Dios de Israel con todo su corazón, ni se apartó de los pecados de Jeroboam" (v31). Su obra fue carnal, no espiritual, ni tuvo sinceridad para con Dios, el pecado siguió. Así hoy no pocos hombres quieren grandes iglesias, o mandar sobre otros, no para la gloria de Cristo, sino para sí mismos.

La Inseguridad

El peligro al que pudiéramos estar expuestos no es poca cosa. Mire esta profecía: "El mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia" (2 Co. 11:14). Esta Escritura revela que hay Congregaciones donde sus pastores son obreros del diablo, y como tal están llevando no poca gente al infierno. Sobre eso dice Pedro que "tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo" (1 P. 2:16). En el cristianismo, la libertad para entrar al pastorado es amplísima, y muchos pretenden religión cuando lo cierto es que estarían buscando lo suyo propio, no lo de Cristo. Serán "Tiempos peligrosos, porque habrá hombres que tendrán apariencia de piedad".

El Remedio: esforcémonos en cultivar un corazón sincero, pues es allí donde descansa el poder de la piedad

El Evangelio es sanación, y dispone de un remedio preciso para curar cada pecado. Considera cómo Dios elogia la sinceridad. En Natanael: "Jesús vio a Natanael y dijo: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño" (Jn. 1:47). En la iglesia en Roma: "Ustedes han obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados" (Ro.6:17). De manera, pues, que la sinceridad es la Gracia de las gracias, o lo que perfecciona las obras del Cristiano. Entonces, si queremos ser librados del enorme peligro de hipocresía que se avecina, nuestro mayor empeño ha de ser cultivar un corazón sincero para con Dios y los hombres. Amén.

Publicado originalmente aquí.

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