viernes, 2 de enero de 2015

EXAMINE SU FE - CARACTERÍSTICAS DE UNA FE SALVADORA por John MacArthur


La Biblia provee un claro entendimiento acerca de que la fe verdadera produce buenos frutos. En su parábola de los terrenos y la semilla, el Señor Jesús enseñó que, mientras que los inconversos son estériles, los que son salvos llevarían fruto. En esta parábola, tres de cuatro suelos produjeron las plantas infructuosas, cuadros vivos de las recepciones de la palabra de Dios que nunca dieron lugar a la salvación. 


En contraste, las plantas que dieron buen fruto prosperan en el buen suelo que representa un corazón redimido. Jesús dijo: “Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.” (Mateo 13:23). Todos los creyentes son fructíferos, aunque no igualmente fructíferos.

Es la fe lo que está en el corazón de nuestro cristianismo. Ahora, quiero darle una pequeña prueba que le ayudará a examinar su fe. Estoy convencido de que las iglesias están llenas de personas que tienen un tipo de fe que no las salva. Santiago le llamó una “fe muerta”. 2 Corintios 13:5 dice, “examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe”. Usted debe asegurarse de que su fe es real. Ahora, al examinarse usted mismo y se pregunte: “¿Soy Yo realmente un cristiano? ¿Me he apropiado de este regalo que Dios me da? ¿He creído genuinamente?” ¿Qué es lo que debe buscar en su vida para discernir que su fe es real? ¿Cuáles son las marcas? 

Ante todo, déjeme mostrarle algunas cosas que ni prueban ni niegan la fe salvadora. Voy a darle una pequeña lista de cosas que no prueban nada. Usted podría ser un cristiano; usted podría no ser un cristiano, y aun tener estas cosas. No prueban ni niegan la fe salvadora, pero usted necesita saber lo estas son para que usted no sea engañado.

I. COSAS QUE NO PRUEBAN NI NIEGAN LA FE SALVADORA

1. Rectitud Visible (Mat. 19:16-21; 23-27)

¿Qué quiero decir con eso? Bien algunas personas son simplemente buenas personas. Algunas de ellas son muy religiosas como los mormones que por fuera parecen personas muy moralistas, o católicos romanos, o alguna otra clase de secta o religión. Algunas personas son simplemente buenas personas. Son honestas, son abiertamente confiables en sus tratos. Son personas agradecidas, son personas amables, y tienen una cierta moralidad visible externa. Por el camino, los fariseos ciertamente tenían su esperanza descansando sobre eso. Son personas cariñosas, algunos de ellos son personas tiernas de corazón. Pero acerca de amar y servir a Dios, no conocen nada y ni sienten nada. Cualquier cosa que hace o deje de hacer la persona no involucra a Dios. 

Esta persona es honesta en sus tratos con todo el mundo menos con Dios. Él no le robaría a nadie pero sí a Dios. Es agradecido y leal para con todo el mundo pero no con Dios. No hablaría despreciativamente ni censurablemente de nadie pero si de Dios. Tienen buenas relaciones con todos menos con Dios. Se parecen mucho a aquel joven rico que dijo: “Todas estas cosas las he guardado, ¿Qué me falta?” Esta es una rectitud visible, pero no necesariamente significa salvación. Las personas tratan de “limpiar sus actos” por medio de reformación mas que por regeneración.

2. Conocimiento Intelectual (Rom 1:21; 2:17ss)

En segundo lugar, otra cosa que no prueba o desaprueba la fe salvadora es el conocimiento intelectual. El conocimiento intelectual no prueba la fe verdadera. El conocimiento de la verdad es necesario para la salvación y la moralidad visible es fruto de la salvación, pero ni uno ni lo otro es igual a la salvación. Verá, usted puede saber todo acerca de Dios. Y usted puede saber todo acerca de Jesús, quién fue y que vino al mundo y murió en la cruz, que resucitó, y que El vendrá de nuevo. Y usted aun puede saber más de los detalles de Su vida. Usted puede comprender todo eso y darle la espalda a Cristo. 

Eso es lo que el escritor de Hebreos esta advirtiendo a aquellos en Hebreos 6:46. Había personas en la iglesia que sabían todo de Dios y entendían las verdades del evangelio. Incluso tenía una medida de experiencia con la verdad del evangelio. Habían visto el ministerio del Espíritu Santo trabajando en las vidas de las personas y aun conociendo todo esto estaban aun paso del grave peligro de alejarse y rechazar a Cristo.

En Hebreos 10 él les dice que están pisoteando la sangre de Cristo al no creer lo que ustedes saben que es cierto. ¡Hay muchas personas que conocen la Escritura y que tienen un conocimiento pero va con destino al Infierno! Usted nunca se salvará sin ese conocimiento, pero tener ese conocimiento necesariamente no le salva. 

3. Envolvimiento Religioso (Mat. 25:1-10)

En tercer lugar, el envolvimiento religioso. El envolvimiento religioso no es necesariamente una prueba de la fe verdadera. Según Pablo, hay personas que poseen una apariencia (una simple apariencia externa) de piedad pero que han negado el poder de la misma. Tienen una forma vacía de de religión. Jesús ilustró esto cuando habló de las vírgenes en Mateo 25. Esperaron, y esperaron, y esperaron la llegada del novio, el cual es Cristo. Incluso aun cuando esperaron por mucho tiempo, cuando El vino no entraron con El. Tenían todo pero les faltaba el aceite en sus lámparas. Aquello era lo más necesario no lo tenían. El aceite, probablemente emblemático de la nueva vida, la morada del Espíritu Santo. No eran regenerados. Eran religiosos pero no regenerados. Usted puede tener una moralidad visible externa, un conocimiento intelectual, y una participación religiosa, y sin embargo no poseer una fe salvadora genuina. 

4. Ministerio Activo (Mat. 7:21-24)

El cuarto, es el ministerio activo. Es posible ser activo y aun tener un ministerio público, y aun no poseer una fe salvadora genuina. Balaam era un profeta que resultó ser falso (Deuteronomio 23:3-6). Saulo de Tarso (mas tarde se convirtió en el apóstol Pablo) pensaba que servía a Dios cuando mataba a los cristianos. Judas era un predicador público y uno de los doce discípulos de Cristo, pero el era un apóstata. En Mateo 7:22-23 Jesús dijo: “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” Aquellos a quienes Jesús les habló habían tenido un ministerio público y activo pero Jesús les dijo que nunca los había conocido. Palabras soberbias de hecho.

5. Convicción de Pecado (Hech. 24:25; Mat. 27:3-5)

Por sí misma, la convicción de pecado no es prueba de la salvación. En este mundo hay gente llena de culpabilidad. Muchos incluso se sienten mal por su pecado. Felix tembló bajo convicción en la predicación del apóstol Pablo, pero él nunca hizo a un lado sus ídolos o se volvió a Dios (Hechos 24:25). El Espíritu Santo obra para convencer a los hombres de pecado, de justicia, y juicio, pero muchos no responden en arrepentimiento verdadero. Algunos pueden confesar e incluso abandonar los pecados que los hacen sentir culpables. Ellos dicen: “No me gusta vivir de esta manera. Yo quiero cambiar” Pueden enmendar sus caminos pero aun faltarles la fe genuina salvadora. Eso es una reforma externa, no una regeneración interna. Ningún grado de convicción de pecado es una conclusiva evidencia de la fe salvadora. Aun los demonios tienen convicción de sus pecados por eso es que tiemblan pero ellos no son salvos.

6. Seguridad (Mat. 23)

Algunas personas dicen, “Pues Bien, debo ser un cristiano, porque siento que lo soy. Yo creo que si soy cristiano”. Pero eso es un razonamiento falso. Si creer que uno es cristiano es señal de que alguien es cristiano, entonces por definición, no sería posible ser un no-cristiano engañado y esto no encajaría en todo el punto del engaño de Satanás. El quiere que las personas que no son realmente salvas piensen que si lo son. Satanás ha engañado a múltiples de millones de personas religiosas en pensar que son salvas cunado aun cuando no lo son. Ellos podrían decirse a sí mismos: “Dios no me condenaría. Me siento bien conmigo mismo. Tengo seguridad. Estoy bien”. Pero eso no significa nada.

7. Un Momento de Decisión (Luc. 8:13,14)

Muy a menudo, las personas dicen algo como lo siguiente: “Pues Bien, yo sé que soy un cristiano, porque recuerdo cuándo firmé la tarjeta.” Ó “recuerdo cuándo hice una oración”. “Recuerdo cuándo caminé por el pasillo” ó “recuerdo cuando pase al frente”. Una persona puede recordar exactamente cuando sucedió y donde estaba cuado aquello sucedió, pero no necesariamente significa algo. Nuestra salvación no se comprueba con un momento en pasado. Muchas personas han hecho oraciones, han pasado al frente en los servicios de la iglesia, han firmado tarjetas, han pasado al cuarto de oración, han sido bautizados, se han unido a iglesias sin aun experimentar una verdadera fe salvadora. 

Estas son siete condiciones comunes, o pruebas que no necesariamente prueban o niegan la existencia de una fe salvadora. ¿Cuáles son entonces las marcas de una verdadera fe salvadora? Afortunadamente, hay al menos nueve criterios bíblicos para examinar la autenticidad de una fe salvadora.

II. NUEVE CONDICIONES QUE PRUEBAN UNA VERDADERA FE SALVADORA

(FRUTO/PRUEBAS DEL VERDADERO/AUTENTICO CRISTIANISMO)

1. Amor a Dios (Salmo 42:1; 73:25; Lucas 10:27; Romanos 8:7)

En primer lugar un profundo y permanente amor a Dios es una de las evidencias supremas de la verdadera fe salvadora. Esto va hacia el corazón del tema. Romanos 8:7 dice: “ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Dios [hostilidad, odio], porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo” (LBLA). Por tanto, si el corazón del hombre está en enemistad con Dios no hay una base para afirmar la presencia de una fe salvadora. Aquellos que verdaderamente son salvos aman a Dios, pero aquellos que están molestos con Dios y Su soberanía. Internamente están en rebelión contra Dios y Su plan para sus vidas. Pero la persona regenerada ama al Señor con todo su corazón, alma, mente y fuerza. Su deleite esta en las infinitas excelencias de Dios. Dios se ha vuelto su principal fuente de felicidad y satisfacción. Busca de Dios y tiene sed del Dios viviente.

Por cierto, hay una gran diferencia entre tal amor para con Dios y la actitud egoísta que se centra solo en mi propia felicidad y ve a Dios como una medio de realización y ganancia, en vez de verme como un medio para glorificarle. La fe verdadera no cree en Cristo para que Cristo lo haga a uno feliz. El corazón que verdaderamente ama a Dios deseará agrada a Dios y glorificarle. Jesús enseñó que si alguien ama a su padre y a su madre más que a Cristo, no es digno de El. Jesús lo dice así: “37 El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; 38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.” (Mateo 10:37-39)

¿Ama usted Dios? ¿Ama usted Su naturaleza? ¿Ama usted Su gloria? ¿Ama usted Su nombre? ¿Ama usted Su reino? ¿Ama usted Su Santidad? ¿Ama usted Su voluntad? El amor supremo para Dios es una prueba decisiva de la fe verdadera. ¿Su corazón se eleva cuándo le canta alabanzas - porque usted le ama? 

2. Arrepentimiento de Pecado (Salmo 32:5: Proverbios 28:13; Romanos 7:14; 2ª Corintios 7:10; 1ª Juan 1:8-10)

Un amor correcto hacia Dios debe implicar necesariamente un odio por el pecado que conduzca al arrepentimiento. Esto debería ser evidente. ¿Quién no entendería eso? Si verdaderamente amamos a alguien, buscaríamos su mejor interés. Su bienestar es nuestra mayor preocupación. Si un hombre le dice a su mujer: “te amo, pero no tengo el menor interés en lo que te suceda” justamente cuestionaríamos su amor por ella. El verdadero amor busca el mayor bien de su objeto. Si decimos que amamos a Dios, entonces odiaremos cualquier cosa. El pecado es blasfemo a Dios. El pecado maldice a Dios. El pecado pretende destruir a la obra de Dios y Su reino. El pecado mató a Su Hijo. Así que cuando alguien dice: “Amo a Dios, pero tolero el pecado,” entonces tengo razón para cuestionar su amor por Dios. No puedo amar a Dios sin odiar aquellos intenta destruirle. El verdadero amor por Dios, por lo tanto, se manifestará a través de la confesión y el arrepentimiento. El hombre que ama Dios se dolerá pro su pecado y querrá confesarlo a Dios y abandonarlo. El arrepentimiento verdadero implica confesión, implica apartarse del pecado. Debería dolerme por mi pecado. 

Yo debería preguntarme, “¿tengo una convicción firme de la maldad del pecado? ¿Me aparece el pecado como algo como tan malo y amargo como realmente es? ¿Aumenta la convicción de pecado en mí al andar con Cristo? ¿Lo odio no simplemente porque es ruinoso a mi propia alma sino porque es una ofensa a mi Dios a quien amo? ¿Me aflijo más cuando peco que cuando tengo problemas? En otras palabras, ¿qué me duele más - mi desgracia o mi pecado? ¿Mis pecados me parecen muchos? ¿Frecuentes y agravantes? ¿Me encuentro afligido por mi pecado - más que por el pecado de los demás? Esa es una marca de la salvación. La verdadera fe salvadora - ama a Dios y odia lo que Dios odia, el cuál es el pecado.

3. Humildad Genuina (Salmo 51:17; Mateo 5:1-12; Santiago 4:6,9)

La fe salvadora se manifiesta en una humildad genuina. Jesús dijo que bienaventurados son aquellos que son pobres en espíritu, y aquellos que lloran [por su pecado] y aquellos que son mansos y aquellos que tienen hambre y sed de justicia (Mateo 5:3-6) –todas son marcas de humildad. En Mateo 18, Jesús dijo: “De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.” La verdadera fe salvadora viene como un pequeño niño dependiente. El salvo no es el hombre que esta lleno de sí mismo sino de el hombre que se niega a sí mismos, toman su cruz cada día y siguen a Cristo (Mateo 16:24). En el Antiguo Testamento vemos que el Señor recibe a aquellos que vienen con un espíritu contrito y humillado. (Salmo 34:18; 51:17; Isaías 57:15; 66:2). Santiago escribe: “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (Sant. 4:6). Debemos venir como el hijo pródigo. Recuerde lo que él dijo a su padre en Lucas 15: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo” (v.21). Aquellos que poseen una verdadera fe salvador ano vienen jactanciosamente ante Dios con sus logros religiosos o espirituales. Vienen con manos vacías en humildad genuina.

4. Celo por la Gloria de Dios (Salmo 105:3; 115:1; Isaías 43:7; 48:10; Jeremías 9:23, 24; 1ª Corintios 10:31)

La verdadera fe salvadora es manifestada por un celo por la gloria de Dios. Cualquier cosa que el creyente haga, ya sea comer o beber su deseo es ver a Dios glorificado. Los cristianos hacen lo que hacen porque quieren llevar gloria a Dios. Sin duda los cristianos fallamos en cada una de estas áreas, peor al dirección de la vida del cristiano es amar a Dios, odiar el pecado, vivir en humildad y abnegación, reconociendo si propia indignidad y dedicarse a la gloria de Dios. No es la perfección de la vida de uno, sino la dirección de la vida la que proporciona la evidencia de la regeneración

5. Oración Continua (Lucas 18:1; Efesios 6:18; Filipenses 4:6; 1ª Timoteo 2:1-4; Santiago 5:16-18)

La oración humilde, sumisa y creyente es una marca de la fe verdadera. Clamamos: “Abba, Padre” porque el Espíritu gime dentro de nosotros. Jonathan Edwards una vez predicó un sermón titulado: “Los Hipócritas son Deficientes En el Deber de la Oración Secreta”. Es cierto. Los hipócritas pueden orar públicamente, porque eso es lo que quieren hacer los hipócritas. Su deseo es impresionar a las personas, pero son deficientes en el deber de la oración secreta. Los creyentes verdaderos tienen una vida personal y privada de oración con Dios. Buscan regularmente comunión con Dios a través de la oración.

6. Amor Abnegado (1ª Juan 2:9; 3:14; 4:7)

Una característica importante de la verdadera fe salvadora es un amor abnegado. Santiago dice: “Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis” 

(Stgo. 2:8). Juan escribió: “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?”.

Si usted ama a Dios usted no solo odiará lo que Le ofenda, sino que amará a aquellos a quienes El ama: “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte” (1 Juan 3:14) ¿Y porque amamos a Dios y a los demás? Porque es la respuesta del creyente a Su amor por nosotros. “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19). Jesús dijo que sabríamos que somos Sus discípulos por nuestro amor para con los demás (Juan 13:35). “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.” (1 Juan 4:7)

7. Separación del mundo (1ª Corintios 2:12; Santiago 4:4; 1ª Juan 2:15-17, 5:5)

Positivamente, los creyentes son marcados por un amor hacia Dios y hacia los demás creyentes. Negativamente, el cristiano es caracterizado por una falta de amor hacia el mundo. Los verdaderos creyentes no son aquellos que son gobernados por los afectos del mundo, sino por su afecto y devoción hacia Dios y Su reino.

En 1 Corintios 2:12 Pablo escribió que: “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido”. En 1ª Juan 2:15 leemos: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.” La verdadera fe salvadora separa a uno de las búsqueda de este mundo –no perfectamente, al fallar en estas áreas, pero la dirección de la vida del creyente, es hacia las cosas de arriba. El siente la atracción del cielo en su alma. Los cristianos son aquellos que Dios ha trasladados de un poder de la oscuridad hacia el reino de Su Hijo. El creyente esta marcado por la falta de amor o de la esclavitud al sistema del mundo satánicamente controlado (Efesios 2:1-3; Colosenses 1:13; Santiago 4:4).

8. Crecimiento Espiritual (Lucas 8:15; Juan 15:1-6; Efesios 4:12-16)

Los verdaderos creyentes crecen. Cuando Dios comienza una verdadera obra de salvación en una persona,. El termina y perfecciona esa obra. Pablo expresó esa seguridad cuando escribió Filipenses 1:6 “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. 

Si usted es un cristiano verdadero usted va a crecer, y eso significa que usted se parecerá cada vez más a Cristo. La vida se produce a sí misma. Si usted está vivo usted va a crecer, no hay otra manera. Usted mejorará. Usted aumentará. Usted crecerá. El Espíritu lo llevará de un nivel de gloria al siguiente así pues, examínese a usted mismo ¿Puede ver en usted mismo el crecimiento? ¿Ve una disminución en la frecuencia del pecado? ¿Existe un patrón de aumento de rectitud y devoción a Dios? 

9. Obediencia (Mateo 7:21; Juan 15:14; Romanos 16:26; 1ª Pedro 1:2;,22; 1ª Juan 2:3-5)

Una vida obediente no es uno de los conductos opcionales dados a los creyentes para andar. Todos los creyentes están llamados a una vida de obediencia. Jesús enseñó que todos los pámpanos que permanecen en El llevan fruto (Juan 15:1-8). Pablo escribe que los creyentes: “….somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10). Esto habla de obediencia. Somos salvos para la obediencia de la fe (vea 1 Pedro 1:2).

Si la lista “I” es verdad en una persona y la lista II es falsa, hay causa para cuestionar la validez de su profesión de fe. Asimismo si la lista “II” es verdad, entonces la lista superior lo será también.

¿Cómo podemos saber que nuestra fe es genuina? Examine su vida a la luz de la Palabra de Dios. ¿Ve usted todas estas características en su vida? ¿Tiene amor por Dios, odio por el pecado, humildad, celo por la gloria de Dios, un patrón de oración personal y privada, amor abnegado, separación del mundo, la evidencia de crecimiento espiritual y obediencia? Estas son evidencias reales de una verdadera fe salvadora.

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