lunes, 19 de mayo de 2014

EL ERROR DE LAS REUNIONES CRISTIANAS ACTUALES por Roberto L. Dickie




Por: Roberto L. Dickie

A. Rechazo a la historia de adoración de la Iglesia: se descartan veinte siglos de historia eclesiástica, los cuales se sustituyen con innovaciones y métodos para hacer la obra de Dios, los cuales no tiene ningún fundamento bíblico.


B. Alejamiento de la predicación expositiva como parte esencial de la adoración bíblica: las predicaciones son ahora conferencias humanistas, moralistas o con énfasis psicológico, dejando de lado la enseñanza de la majestad de Dios, Su obra y Su Palabra.

C. Servicios de adoración que no son Cristo-céntricos en su predicación ni en su enfoque: se realizan servicios religiosos, donde prácticamente ya casi ni se menciona el nombre de Jesucristo, ni se hace un llamado a amarle y ser más como Él.

D. Sustitución de los himnos de la fe por cantos superficiales: actualmente la música es vital en los cultos, pero desafortunadamente no tiene un sustento bíblico en sus letras, sino que suelen ser cantos triviales y subjetivos en extremo, que buscan satisfacer la emotividad de los hombres, no adorar a Dios.

E. Desconocimiento del propósito de la Iglesia: tanto los líderes, como los laicos, desconocen o pervierten el propósito de la iglesia, convirtiéndolo en un club social, un centro de entretenimiento o una empresa. Por el contrario, la iglesia debe ser un lugar de adoración donde los verdaderos creyentes y seguidores de Cristo son discipulados, instruidos, edificados, animados y consolados en la fe.

F. Distorsión del Evangelio: muchos, en busca de la aceptación del mundo, han diluido o sustituido totalmente el Evangelio verdadero, por una falsa copia. Esto hace que los asistentes desconozcan totalmente la verdad acerca de la Soberanía de Dios, la Salvación, la Gracia, la Justificación por la fe, el arrepentimiento y perdón de pecado, el nuevo nacimiento, la santificación del creyente, etc.

G. Influencia de la doctrina y experiencia carismática: se realizan cultos centrados en el entretenimiento del hombre, con un excesivo énfasis en la demonología, las sanidades y la adoración subjetiva, que no son otra cosa que manifestaciones mundanas. Esto trae como consecuencia mayor incredulidad, frustración o satisfacción carnal, que aleja completamente a las personas de Cristo.

H. Servicios de adoración que ya no producen reverencia, temor o admiración a Dios: en un afán por agradar a los oyentes en vez de a Dios, los pastores han obviado el llamado al arrepentimiento, a la vida en santidad y a la sumisión a Cristo como Señor.

I. Estrategias evangelísticas antibíblicas: el nuevo estilo de evangelismo, basado en una superficial profesión de fe, ha llenado las iglesias con gente que nunca ha nacido de nuevo. Esto produce un gran crecimiento numérico en las congregaciones, pero ausencia de verdadera vida espiritual, la cual es una obra sobrenatural de la gracia soberana de Dios.

J. Falta de fe en el Evangelio: se ha creído que el evangelio no tiene poder para traer hombres a Cristo, se considera inadecuado e insuficiente en sí mismo, por eso se busca completar con obras, entretenimiento, bailes y música contemporánea para poder apelar a la cultura de nuestros tiempos (Ro. 1:16).

Adaptación del texto “Adoración en el Salón del Trono” de Roberto L. Dickie

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