martes, 1 de julio de 2014

TEOLOGÍA PACTUAL NO ES “TEOLOGIA DEL REEMPLAZO” Scott Clark




Los que critican la teología del Pacto Reformada y la acusan de enseñar la teología del reemplazo es porque no entienden la histórica teología Reformada. Estos críticos mal informados y atribuyen algo a  la teología pactar que va más de acuerdo a la teología  dispensacionalista.

Primeramente, la categoría de “reemplazo” es ajena la teología Reformada porque ello asume un pensamiento dispensacional centrado en Israel. Ello asume que el pueblo temporal nacional de Israel fue de hecho con la intención de ser permanente. Tal forma de pensamiento es contrario a la promesa de Génesis 3:15. La promesa fue que habría un salvador. El pueblo nacional fue solo un medio para tal fin, y no un fin en sí mismo. De acuerdo a Pablo en Efesios 2:11-22, en Cristo la pared divisoria ha sido destruida. No puede ser reedificada. Los dos pueblos (Judíos y Gentiles) han sido hecho uno en Cristo. Entre los que están unidos en Cristo por gracia sola, a través de fe sola, no9 hay judío ni gentil (Rom. 10:12; Gal. 3:28; Col. 3:11).

De acuerdo a la teología Pactal, el pacto Mosaico no fue hecho con la intención de ser permanente. De acuerdo a Gálatas 3 y 4, el pacto Mosaico fue un agregado al Pacto Abrahamico. No lo reemplaza, sin embargo el Dispensacionalismo reversa las cosas. Hace del pacto Abrahamico un agregado al Pacto Mosaico. Sin embargo esto está en contradicción a Hebreos 3 que dice que Moisés fue un trabajador en la casa de Jesús. 

Segundo, con respecto a la salvación, la teología Reformada del Pacto no sobrepone Israel y la Iglesia. Para la teología Reformada, la iglesia siempre ha sido el Israel de Dios y el Israel de Dios siempre ha sido la Iglesia. La teología Reformada reconoce y distingue los pactos viejo y nuevo (2 Cor. 3; Heb. 7-10). La teología Reformada reconoce que la Iglesia fue temporalmente administrada a través de un pueblo nacional tipológico, pero la iglesia ha existido desde Adán, Noé, y Abraham; existió bajo Moisés y David, y ahora bajo Cristo.
Tercero, la iglesia siempre ha sido una, bajo administraciones, tipos, y sombras, y ahora bajo la realidad en Cristo, porque el objeto de la fe siempre ha sido uno, Jesús el Mesías. Jesús el Mesías fue el objeto de fe de la Iglesia tipológica (Heb. 11; Lucas 24; 2 Cor. 3), y él permanece como el objeto de fe.

Cuarto, a pesar de la abrogación del pacto Nacional por la obediencia, muerte y resurrección de Cristo (Col. 2:14), la iglesia del Nuevo Testamento no ha reemplazado a los Judíos. Pablo dice que Dios ha injertado a los Gentiles dentro del pueblo de Dios. Injertar no es reemplazar, es una adición.
Ha sido siempre mantenido por los teólogos Reformados que habrá una conversión de judíos.
Jesús dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino es por mi” (Juan 14:6). No existe salvación aparte de Jesucristo, y por lo tanto es falso la acusación de anti-semitismo de que los judíos deben de confesar a Jesucristo como el Mesías y Señor para salvación.  Dentro del campo reformado hay aquellos que leen Romanos 11 como una promesa a la salvación de solamente los electos, en vez que a una conversión futura de los Judíos. En cualquier caso, la teología Reformada no es anti-semítica. Se debe de rechazar entonces la acusación falsa  y sin fundamento que la teología Reformada pactual es una teología del “reemplazo.”

Algunos objetan que “no hubo iglesia antes de Pentecostés, las pocas referencias a la iglesia fue un error de interpretación del significado Hebreo que significa asamblea de gente y no iglesia en el sentido que lo usamos hoy.”

La respuesta a esta objeción es que en el Antiguo Testamento la palabra primaria Hebrea para Iglesia es Qahal y se refiere a la asamblea regular, visible, institucional del pueblo de Dios. En las escrituras Qahal se refiere usualmente a la asamblea de la gente de Dios. El Nuevo Testamento, en Hebreos 12 pone  a la Iglesia en continuidad con la iglesia Israelita. Solo existe un pacto de gracia con una variedad de administraciones.

FUENTE: 
"LA IGLESIA DE CRISTO COMO UNA COMUNIDAD CONFESANTE" por R. Scott Clark


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