domingo, 4 de mayo de 2014

¿DONDE ESTAS PASTOR? por Paul Washer

Paul Washer


Esta es la pregunta que me gustaría hacerle a muchos de los pastores de las iglesias de hoy en dia, ya que lamentablemente los seminarios e institutos biblicos no están preparando siervos que se preocupen por la evangelización activa del mundo. Me sorprende ver cuántos han dejado de hacer lo que Pablo le dice a Timoteo en 2 Timoteo 4:  “Pero tú sé sobrio en todo,  soporta las aflicciones,  haz obra de evangelista,  cumple tu ministerio”. Si el apóstol le está dejando esta instrucción especifica antes de morir, aquí podemos ver su preocupación tan grande, y lo importante que es que todos los pastores estén activamente involucrados en esta obra. Nuestro Señor de la gloria, siendo el pastor de los pastores, dio suficientes muestras y ejemplo para todo aquel que quiera ser como Él.

Si usted es pastor y está leyendo esto, le pido que vea lo que dice El Señor, "Yo soy el buen pastor". Cristo es el buen pastor y Él enseñó a sus ovejas a evangelizar, y de allí las envió. Usted debe hacer lo mismo, no puede permitir que ninguna de sus ovejas descuide el mandamiento de Cristo, sino que el deseo de enseñarles evangelismo debe consumir sus fuerzas. Debe orar por eso, debe enseñarles el evangelio verdadero, y luego con su ejemplo debe encargarles que hagan lo mismo. Es su responsabilidad de enseñarles cómo hacerlo, no deje para otro lo que debe hacer usted, no se excuse diciendo que no es su don pues debe parecerse en todo a su Salvador, y Él mismo preparó a sus discípulos en esta tarea.

La Escritura dice en 1 Timoteo 3:1: “Palabra fiel:  Si alguno anhela obispado,  buena obra desea”. Es bueno que muchos deseen ser pastores, como lo dice la palabra de Dios, pero que terrible es cuando vemos muchas personas que solamente quieren un púlpito para predicar y se olvidan del mundo. John Wesley decía: “mi púlpito es el mundo”, y cuánto se necesita ahora pastores valerosos que sigan el ejemplo de Cristo, Pablo, etc, y den asimismo ejemplo a su grey de cómo debemos ser cuando llegamos al pastorado. Ahora los pastores quieren ser respetados, Cristo fue odiado, quieren tener fama, Cristo fue avergonzado, quieren gozar de buena economía, Cristo no tenía donde recostar la cabeza, quieren evitar le ardor de la batalla, Cristo llevó el desprecio y al final la ira de Su propio padre en lugar de nosotros. Cómo anhelo un despertar en los pastores y así conduzcan al pueblo de Dios a una actividad evangelística como en los días de la iglesia primitiva.

Lo más frustrante para mi es ver como cuando hablo con muchos pastores, no les parece interesar la capacitación de las ovejas en la obra evangelística. Aparte de algunos métodos creados por el hombre, no desean enseñar a la grey la gozosa obra de evangelismo. Ya que el ministerio que dirijo trata con la capacitación en la obra de evangelismo, lo que veo por lo general son algunos hermanos y hermanas  deseosos de evangelizar, pero sus pastores están poco interesados por aprender la correcta y bíblica manera de testificar, y lo que es peor, no conocen el verdadero evangelio. De hecho, recibimos correos electrónicos y llamadas de hermanos y hermanas de varias partes, queriendo comenzar la obra evangelistica, y ellos mismos nos manifiestan que no reciben ayuda de sus pastores.

Hermanos pastores, todo lo que escribo en esta parte acerca de su tarea de hacer obra de evangelista, lo escribo con mi deseo de que puedan empezar un ministerio bíblico de evangelismo guiado por el Espiritu Santo, con el fin de capacitar a sus ovejas en la obra más importante de la iglesia. Por otro lado quiero decirles que el evangelio es poder de Dios para salvación de todo el que cree (Romanos 1:16), y que debemos abandonar todos los métodos humanos de querer hacer nuestra obra en la salvación de los hombres. La salvación de Dios es una obra sobrenatural del Espiritu Santo dando vida a los muertos, y tenemos que confiar que el mensaje es poderoso para salvar (1 Corintios 1:21).


DE SU RESPONSABILIDAD DE PREDICAR AL AIRE LIBRE

Veamos esta cita importante:


"Una de las primeras cosas que un ministro debería hacer cuando él termina los estudios y se establece en una ciudad o poblado es comenzar a predicar al aire libre". (Charles Spurgeon)

Tenemos un conocimiento claro de la importancia de la visitación casa por casa, pero realmente el predicador que quiere comenzar su pastorado debería seguir este sabio consejo, pues así va a estar haciendo su labor como El Señor lo hacía. También el apóstol Pablo nos dice en Hechos 20:20,21 : " y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo". El apóstol Pablo no rehuía a predicar en las casas y también públicamente, en las plazas. Vemos en Hechos 17:17: "Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían". El apóstol Pablo no fue comisionado por Jesucristo para tener un lugar de honor en una congregación, sino le dijo a Ananías lo que Pablo tenía que hacer: "Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre" (Hechos 9:15-16). Ciertamente uno de los males en la preparación de los ministros del evangelio en la actualidad es que parece que se hubiera cambiado nuestra vocación de servicio, en lugar de decirnos en los Institutos o Seminarios sobre lo que vamos a padecer por el nombre de Cristo, parece que se nos dijera cuanta honra y admiración vamos a tener. Muchos creyentes quieren llegar a ser pastores y maestros para poder disfrutar de muchos privilegios, pero el llamado del ministro de Cristo es de servicio, y muchas veces a ser vituperados por Su nombre (Mateo 5:11). Debemos gozarnos y alegrarnos por esto, como nos manda El Señor (Mateo 5:12), y recordar siempre que el discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor (Mateo 10:24).


Tomando en cuenta lo dicho arriba, ¿Por qué tantos creyentes y ministros en lugar de desear los púlpitos en las iglesias, no empiezan predicando en las calles y plazas? Creo que puedo tener una respuesta a esto: El miedo y temor a ser vituperado, avergonzado y llevar deshonra de parte de los hombres. El problema es el siguiente, si además de lo descrito en el párrafo anterior, nuestro Señor nos prometió que iba a estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 28:20), y que ibamos a recibir poder cuando el Espíritu Santo venga sobre nosotros para ser sus testigos (Hechos 1:8), hay una tremenda negación de parte del pueblo de Dios de las verdades bíblicas, y esto se convierte en desobediencia y pecado. Tenemos que saber a quien estamos sirviendo y reconocer el pecado de no confiar en Dios. Cuando predicamos en las plazas o en cualquier lugar al aire libre no tenemos que temer lo que nos puede hacer el hombre. El profeta Jeremías recibió palabra del Señor: "Tú, pues, ciñe tus lomos, levántate, y háblales todo cuanto te mande; no temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar delante de ellos", y si no confiamos en Dios podemos recibir la recompensa por la desobediencia.

Recuerdo cómo el pastor de una iglesia de Miami Beach en la cual estabamos mi esposa y yo, ayudando con el evangelismo, cuando salimos la primera vez, ni un folleto entregó  a las personas. Luego en los cultos no se hablaba nunca del evangelismo, ni animaba a los hermanos a que participen de las clases de evangelismo. Esto fue haciendo cada vez más imposible para nosotros permanecer en este lugar.

Cuantas veces hemos predicado al aire libre y nos hemos enfrentado al odio de las personas, no contra nosotros sino contra Dios, porque el hombre es aborrecedor de Dios (Romanos 1:30) y porque no quieren que se les diga que han pecado delante de un Dios Santo. Pero todas las veces que los pecadores y blasfemos levantan su mano contra Dios, Él nos muestra Su amor y bondad dándonos valentía para no callar y proclamar "Así dice El Señor". También Él nos guarda de todo mal y de todo peligro cuando le obedecemos y nos paramos para declarar Su gloria a las naciones. No tenemos por qué temer, al contrario debemos animarnos y entender que cuando predicamos al aire libre podemos hablar de una sola vez con más personas de lo que podríamos hablar invitándolas a un servicio de predicación de la palabra en el local de la iglesia. Así que confiemos en el poder Dios y en Su palabra y empecemos a predicar en las calles y en las plazas, busquemos una localidad para hacerlo cerca a donde nos congregamos y hagámoslo llenos del Espíritu Santo con valentía, aunque sintamos temor.

La valentía no es la ausencia del temor, sino la conquista de él. Recordemos las palabras del apóstol Pablo a la iglesia de Corinto : "Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios (1 Corintios 2:1-5). 



SOBRE LOS PASTORES QUE NO HACEN SU TAREA

Hoy en día hay muy pocos siervos de Dios que obren de acuerdo a su llamado, y esto por supuesto incluye el hacer obra de evangelista, y dar ejemplo a las ovejas.

Como lo dijimos antes, hay muchos que ni siquiera conocen el verdadero evangelio, sin embargo también hay muchos que comienzan a interesarse en la sana doctrina y hasta la comienzan a enseñar, pero la mayoría deja de lado la importancia de la evangelización del mundo. Muchos se hacen maestros de la palabra y defienden su posición con mucha autoridad, pero al pedirles que prediquen a otras personas, esto no encuentra cabida en su proceder. Gracias a Dios, Él está levantando hombres y mujeres fieles que además de querer estudiar la verdad, aman predicar el evangelio glorioso a toda criatura , y esto es una evidencia del gran despertar en el pueblo de Dios en estos tiempos.

Gracias a Dios, la iglesia a la cual pertenecemos tiene pastores que en realidad hacen obra de evangelistas. Muchas veces nos acompañan en las salidas evangelísticas y predican al aire libre y personalmente. También testifican en muchos otros lugares, en la calle, prisiones, etc.


Grata Visita

En una oportunidad visitamos con mi esposa y otros hermanos, una de las iglesias más conocidas en los Estados Unidos, que queda a sólo media hora de donde vivíamos. Este ministerio cuenta con transmisiones por la radio y televisión, y el pastor predicador era muy conocido, era pues ya murió. Cuando llegamos al local de la iglesia, era algo sorprendente, sus edificios eran muy grandes y elegantes, todo perfectamente organizado, y nos quedamos para escuchar el sermón del predicador que solíamos ver por televisión. Luego de terminada la predicación nos dirigimos al salón de compartir donde habían unos refrescos y comida, y lo que nos llamó la atención es cómo este famoso pastor estaba conversando con varias personas, y al vernos, puso su mirada en nosotros, se acercó para conversar con nosotros y amablemente nos preguntó sobre el motivo de nuestra visita. Luego nosotros le dijimos que eramos cristianos y él entonces se despidió cortezmente. Yo pienso que él creía que no eramos cristianos e iba a predicarnos el evangelio. Esto si que nos sorprendió gratamente y pudimos ver el corazón de un pastor haciendo obra de evangelista y preocupado por las almas. Después nos enteramos que a sus sesentas todavía salía a tocar puertas con el grupo de evangelismo. !Que grato es ver pastores que aman hacer lo que nuestro amado Salvador nos mandó hacer! !Oh, que Dios pueda enviar más pastores con este corazón para Su obra gloriosa!


La Grey dando ejemplo a los Pastores


Mediante el ministerio que tenemos en la Internet, recibimos muchos correos electrónicos de hermanos y hermanas que valientemente están predicando el evangelio en todos los lugares, y sólo nos queda glorificar a Dios por lo que Él está haciendo en medio de Su pueblo. Hermanos muy jóvenes predicando en las plazas, ómnibus, trenes, etc, y haciendo lo que muchos pastores no pueden hacer, ni incentivar a que se haga, ya que no siguen una enseñanza bíblica con respecto al evangelismo.


El Señor Jesús nos dice en Lucas 9:57-62 : 57 "Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. 58 Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 59 Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 60 Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. 61 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. 62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios."


Creo que las palabras de Cristo no necesitan mayor explicación, es imperativo para los hijos de Dios anunciar el evangelio a toda criatura y no buscar ninguna excusa que pueda alejarnos de este mandato directo del Salvador del mundo, así que si no lo estás haciendo, comienza hoy a prepararte y enlístate en el ejército de Dios.


EL EJEMPLO DE CARLOS SPURGEON

La mayoría hemos oído hablar del príncipe de los predicadores Carlos Spurgeon, en su escuela pastoral había un gran objetivo, el quería hombres que: primero, hubieran nacido verdaderamente de nuevo; segundo, que hubieran experimentado el llamamiento de Dios al ministerio; y tercero, bajo el efecto de las dos experiencias anteriores, hubiesen empezado a predicar y llevaran activos cierto tiempo (preferiblemente dos años) en dicha tarea. El propósito de Spurgeon no era formar eruditos y poco o nada más que eso, como sucedía como otras muchas escuelas. En su escuela pastoral, el conocimiento constituía el medio para alcanzar un fin: capacitar a hombres para que fueran predicadores eficaces y fervientes ganadores de almas. Toda la vida de la institución estaba orientada a la consecución de ese propósito.


Como vemos, qué bueno sería si el objetivo de todos los seminarios e institutos bíblicos fuera el mismo que la escuela pastoral de Spurgeon. La pregunta sería: ¿Cuántos ministros hoy en día calificarían para estudiar en esa escuela?. En nuestra Iglesia el próximo año se va a inaugurar una academia teológica, y el requisito principal va a ser que los estudiantes salgan con nosotros a predicar por lo menos dos veces por semana. Ellos van a tener que comenzar a predicar al aire libre como parte de su instrucción para el ministerio. Creemos que esto va a ser una bendición ya que los futuros pastores, misioneros, maestros y evangelistas, van a ser formados en el mandamiento de nuestro señor Jesucristo: Id.


UN DISCIPULADO QUE NO ES BÍBLICO

Veamos la implicancia de lo que quiero decirles, normalmente lo que se realiza en las iglesias después de que alguien hace una profesión de fe, es discípularlo y enseñarle las doctrinas básicas de la fe cristiana. Pero lo que me llama la atención es que se deja de lado la enseñanza y el entrenamiento para hacer evangelismo. El señor Jesús ya desde el principio cuando llamó a Pedro y Andrés les dijo "Venid en pos de mí,  y os haré pescadores de hombres" (Mateo 4: 19). Ya el señor estaba llamando personas para que continúen su obra de predicar el evangelio a toda criatura.


Con lo visto anteriormente pienso que el discipulado bíblico debe siempre enfocarse a que los nuevos convertidos vean la obra de evangelismo como un mandamiento de Cristo. De esta manera ya desde el inicio ellos van a entender que han sido salvos para la gloria de Dios anunciando el evangelio de Cristo. Es por eso que la mayoría de personas que van a una iglesia y manifiestan una fe en Jesucristo, no quieren obedecer el mandamiento de Dios acerca del evangelismo porque no han sido enseñados desde el principio en la verdad de las escrituras, por lo tanto se resisten a hacer la obra a la cual Dios nos ha llamado a todos. Debemos modificar el tipo de discípulado que estamos realizando para que todo hijo de Dios sepa desde el comienzo que es lo que debe hacer. De esta manera todos los versículos bíblicos acerca de cómo tiene que prepararse un verdadero discípulo para la obra de Dios, serán aplicados propiamente a todo nuevo convertido. Gracias a Dios nuestra Iglesia tiene un Discipulado orientado al conocimiento de Dios, del Evangelio de Cristo, y también al cumplimiento de la gran Comisión. Activamente los nuevos convertidos son animados a participar en las clases de evangelismo, en las salidas para predicar en las plazas, a evangelizar en sus centros de trabajo, estudios, casas, y en todo lugar en el que haya almas perdidas. Es una bendición contar con ancianos dedicados también activamente a la obra del evangelismo. ¡Gloria a Dios!

LA VIEJA Y LA NUEVA CRUZ por Aiden Wilson Tozer

Aiden Wilson Tozer 

Sin anunciar y casi sin ser detectada, ha entrado en el círculo evangélico una cruz nueva en tiempos modernos. Se parece a la vieja cruz, pero no lo es; aunque las semejanzas son superficiales, las diferencias son fundamentales.



Mana de esa nueva cruz una nueva filosofia acerca de la vida cristiana, y de aquella filosofia procede una nueva técnica evangélica, con una nueva clase de reunión y de predicación. Ese evangelismo nuevo emplea el mismo lenguaje que el de antes, pero su contenido no es el mismo como tampoco lo es su énfasis.

La cruz vieja no tenía nada que ver con el mundo, para la orgullosa carne de Adán, significaba el fin del viaje. Ella ejecutaba la sentencia impuesta por la ley del Sinaí. En cambio, la cruz nueva no se opone a la raza humana; antes al contrario, es una compañera amistosa y, si es entendida correctamente, puede ser fuente de océanos de diversión y disfrute, ya que deja vivir a Adán sin interferencias. La motivación de su vida sigue sin cambios, y todavía vive para su propio placer, pero ahora le gusta cantar canciones evangélicas y mirar películas religiosas en lugar de las fiestas con sus canciones sugestivas y sus copas. Todavía se acentúa el placer, aunque se supone que ahora la diversión ha subido a un nivel más alto, al menos moral aunque no intelectualmente.

La cruz nueva fomenta un nuevo y totalmente distinto trato evangelistico. El evangelista no demanda la negación o la renuncia de la vida anterior antes de que uno pueda recibir vida nueva, predica no los contrastes, sino las similitudes; intenta sintonizar con el interés popular y el favor del público, mediante la demostración de que el cristianismo no contiene demandas desagradables, antes al contrario, ofrece lo mismo que el mundo ofrece pero en un nivel más alto. Cualquier cosa que el mundo desea y demanda en su condición enloquecida por el pecado, el evangelista demuestra que el evangelio lo ofrece, y el género religioso es mejor.

La cruz nueva no mata al pecador, sino que le vuelve a dirigir de nuevo en otra dirección. Le asesora y le prepara para vivir una vida más limpia y más alegre, y le salvaguarda el respeto hacia sí mismo, es decir, su “auto-imagen” o la “opinión de sí mismo”. Al hombre lanzado y confiado le dice: “Ven y sé lanzado y confiado para Cristo”. Al egoísta le dice: “Ven yjáctate en el Señor”. Al que busca placeres le dice: “Ven y disfruta el placer de la comunión cristiana”. El mensaje cristiano es aguado o desvirtuado para ajustarlo a lo que esté de moda en el mundo, y la finalidad es hacer el evangelio aceptable al público.

La filosofia que está detrás de esto puede ser sincera, pero su sinceridad no excusa su falsedad. Es falsa porque está ciega. No acaba de comprender en absoluto cuál es el significado de la cruz.

La cruz vieja es un símbolo de muerte. Ella representa el final brutal y violento de un ser humano. En los tiempos de los romanos, el hombre que tomaba su cruz para llevarla. ya se había despedido de sus amigos, no iba a volver, y no iba para que le renovasen o rehabilitasen la vida, sino que iba para que pusiesen punto final a ella. La cruz no claudicó, no modificó nada, no perdonó nada, sino que mató a todo el hombre por completo y eso con finalidad. No trataba de quedar bien con su víctima, sino que le dio fuerte y con crueldad, y cuando hubiera acabado su trabajo, ese hombre ya no estaría.

La raza de Adán está bajo sentencia de muerte. No se puede conmutar la sentencia y no hay escapatoria. Dios no puede aprobar ninguno de los frutos del pecado, por inocentes o hermosos que aparezcan ellos a los ojos de los hombres. Dios salva al individuo mediante su propia liquidación, porque después de terminado, Dios le levanta en vida nueva.

El evangelismo que traza paralelos amistosos entre los caminos de Dios y los de los hombres, es un evangelio falso en cuanto a la Biblia, y cruel a las almas de sus oyentes. La fe de Cristo no tiene paralelo con el mundo, porque cruza al mundo de manera perpendicular. Al venir a Cristo no subimos nuestra vida vieja a un nivel más alto, sino que la dejamos en la cruz. El grano de trigo debe caer en tierra y morir.

Nosotros, los que predicamos el evangelio no debemos considerarnos agentes de relaciones públicas, enviados para establecer buenas relaciones entre Cristo y el mundo. No debemos imaginarnos comisionados para hacer a Cristo aceptable a las grandes empresas, la prensa, el mundo del deporte o el mundo de la educación. No somos mandados para hacer diplomacia sino como profetas, y nuestro mensaje, no es otra cosa que un ultimatum.

Dios ofrece vida al hombre, pero no le ofrece una mejora de su vida vieja. La vida que El ofrece es vida que surge de la muerte. Es una vida que siempre está en el otro lado de la cruz. El que quisiera gozar de esa vida tiene que pasar bajo la vara. Tiene que repudiarse a sí mismo y ponerse de acuerdo con Dios en cuanto a la sentencia divina que le condena.

¿Qué significa eso para el individuo, el hombre bajo condenación que quisiera hallar vida en Cristo Jesús? ¿Cómo puede esa teología traducirse en vida para él? Simplemente, debe arrepentirse y creer. Debe abandonar sus pecados y negarse a sí mismo. ¡Que no oculte ni defienda ni excuse nada! Tampoco debe regatear con Dios, sino agachar la cabeza ante la vara de la ira divina y reconocer que es reo de muerte.

Habiendo hecho esto, ese hombre debe mirar con ojos de fe al Salvador; porque de Él vendrá vida, renacimiento, purificación y poder. La cruz que acabó con la vida terrenal de Jesús es la misma que ahora pone final a la vida del pecador; y el poder que resucitó a Cristo de entre los muertos, es el mismo que ahora levanta al pecador arrepentido y creyente para que tenga vida nueva junto con Cristo.

A los que objetan o discrepan con esto, o lo consideran una opinión demasiada estrecha, o solamente mi punto de vista sobre el asunto, déjame decir que Dios ha sellado este mensaje con Su aprobación, desde los tiempos del Apóstol Pablo hasta el día de hoy. Si ha sido proclamado en estas mismísimas palabras o no, no importa tanto, pero sí que es y ha sido el contenido de toda predicación que ha traido vida y poder al mundo a lo largo de los siglos. Los místicos, los reformadores y los predicadores de avivamientos han puesto aquí el énfasis, y señales y prodigios y repartimientos del Espíritu Santo han dado testimonio juntamente con ellos de la aprobación divina.


¿Nos atrevemos, pues, a jugar con la verdad cuando somos conocedores de que heredamos semejante legado de poder? ¿Intentaríamos cambiar con nuestros lápices las rayas del plano divino, el modelo que nos fue mostrado en el Monte? ¡En ninguna manera! Prediquemos la vieja cruz, y conoceremos el viejo poder.

26 RAZONES POR LAS QUE NO SE PUEDE PERDER LA SALVACIÓN


  1. Porque el cristiano está sellado con el Espíritu Santo para el día de la redención - Efesios 1:13-14.
  2. Porque nadie lo puede arrebatar de la mano de Cristo - Juan 10:28.
  3. Porque nadie lo puede arrebatar de la mano del Padre - Juan 10:29.
  4. Porque la vida obtenida en el nuevo nacimiento es de Dios, y por tanto, ya no puede morir - Juan 3:3,5; Romanos 6:9-11.
  5. La salvación se obtiene por fe, no por obras, y se conserva de la misma manera, por la fe - Efesios 2:8-9; Colosenses 2:6.
  6. La salvación es un regalo de Dios, y nadie que da un regalo lo vuelve a quitar; y por supuesto, Dios menos - Romanos 6:23.
  7. Cristo nunca rechazará a los que ha recibido - Juan 6:37.
  8. Porque se invalidaría el bautismo, ya que el bautismo es para creyentes - Mateo 28:19.
  9. Si el cristiano pudiera perder su salvación, entonces debería poder ser salvo otra vez; lo cual es imposible, porque sería como volver a crucificar a Cristo - Hebreos 6:6.
  10. Cristo murió por todos los pecados, no solamente por aquellos cometidos hasta antes de ser salvo - Colosenses 2:13-14.
  11. Nada nos puede separar del amor de Dios - Romanos 8:35-39.
  12. Cuando se acepta a Cristo, la Trinidad viene a hacer morada en el creyente para siempre; no entran y salen del creyente por su comportamiento - Juan 14:17-18,23.
  13. El creyente verdadero tiene (no tendrá) vida eterna; no vida nada más mientras sea "fiel" - Juan 5:24.
  14. Ya que todos los pecados son iguales para Dios, y no existen los pecados "grandes" y "pequeños"; si se perdiera la salvación por el pecado, ésta se perdería a cada momento por causa de cada mentira, o mal pensamiento, etc. - Romanos 3:23 "La paga del pecado [todo pecado] es muerte. . ."
  15. Si la salvación se pierde por "volver al pecado", se crea incertidumbre porque ¿en qué momento se consideraría que una persona ha perdido su salvación? ¿con cuántos pecados? y si "regresa", ¿tiene que volver a "aceptar" a Cristo, o basta con simplemente pedir perdón?
  16. La salvación no se pierde porque Cristo prometió un lugar junto a Él en el cielo, y cada lugar está preparado para un cristiano específico, y no solamente para "cualquiera" que se mantenga "fiel". - Juan 14:3.
  17. Los nombres de los salvos están escritos en el libro de la vida desde antes de la fundación del mundo, y Dios no los está quitando y poniendo según su comportamiento - Apocalipsis 3:5, 17:8.
  18. La sangre de Cristo limpia de TODO pecado (los pecados de toda la vida) - 1 Juan 1:9.
  19. Cuando Cristo murió, murió por todos los pecados, aun aquellos que el cristiano cometería en su vida de cristiano - 1 Pedro 2:24.
  20. El cristiano se convierte en hijo de Dios al aceptar a Cristo; un hijo de Dios no puede perderse - Juan 1:12.
  21. El pecado interrumpe la comunión con el Padre, pero no la relación; así como la desobediencia de un hijo aquí en la tierra no termina su relación con su padre - Salmo 51:12 (note que David pidió de nuevo el gozo de su salvación, no su salvación).
  22. El castigo de Dios a sus hijos por el pecado, no es quitándoles la salvación, sino disciplina paternal - Hebreos 12:5-7.
  23. Al aceptar a Cristo somos hijos de Dios y coherederos con Cristo. Cristo es nuestro hermano mayor. Ni tal participación en la herencia, ni la relación con el Hermano mayor se interrumpen jamás; por ningún motivo - Romanos 8:17.
  24. Porque invalidaría la obra intercesora de Cristo. Si el cristiano se puede perder, entonces Cristo no es un buen abogado - 1 Juan 2:1.
  25. Porque habría que aceptar que hay dos maneras de ser salvos: una, por fe en la sangre de Cristo (hasta el momento de ser salvo), y otra por las buenas obras (a partir de ser salvo) - Efesios 2:8-9.
  26. Porque entonces Dios no sería omnipotente, pues no sería poderoso para guardarnos sin caída – 2 Timoteo 1:12; Judas 24.