domingo, 11 de enero de 2015

CONFRATERNIDAD DE PESCADORES SIN PECES por Emeal Zwayne



¿Cuándo fue la última vez que tuviste una conversación con alguien para ganarla para Cristo?

Como cristianos necesitamos entrar en el hábito de predicar el evangelio a aquellos alrededor de nosotros. Desafortunadamente, muchas iglesias están llenas de personas que no hacen mucho en cuanto a evangelismo. Así que acompáñenos y oiga la parábola de: “La Confraternidad de Pescadores sin Peces.”

Los pescadores estaban rodeados de arroyos y lagos llenos de peces hambrientos. Se reunían regularmente para discutir el arte de pescar, la abundancia de peces y la emoción de capturar peces. Les entusiasmaba el tema de la pesca. Alguien sugirió que necesitaban una filosofía sobre la pesca, así que cuidadosamente definieron y redefinieron la “pesca”. También desarrollaron ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS de pesca. Comenzaron a hacer estudios investigativos y atendieron conferencias sobre la pesca. Algunos viajaron a lugares lejanos a estudiar los diferentes tipos de peces, con diferentes hábitos, algunos hasta obtuvieron un doctorado en “Pescadotécnia”. Pero aún no había nadie que saliera a pescar, entonces se formó un comité para enviar a pescadores, pero como los logares para ir a pescar sobrepasaban el número de pescadores, el comité tuvo que determinar prioridades. Entonces una lista de prioridades con los lugares para ir de pesca fue puesta en los boletines de todos los salones de fraternidad, pero aun así, no había nadie pescando.

Una encuesta fue hecha para averiguar el porqué de esto, la mayoría no contesto tal encuesta pero dentro de los que sí, fue descubierto que algunos sentían el llamado a estudiar los peces, otros a construir equipos de pesca, y varios, a viajar para animar a pescadores. Con tantas reuniones importantes, conferencias y seminarios, ellos simplemente no tenían tiempo para pescar.

Ahora Jake era un nuevo miembro en la Fraternidad de Pescadores, después de estar una emocionante reunión en la fraternidad salió a pescar y pescó un gran pez. En la siguiente reunión, él contó su historia y fue honrado por su pesca. Le dijeron que tenían un talento especial para pescar. Le hicieron una agenda para ir a diferentes fraternidades para que contase a todos cómo lo había hecho. Con tantas invitaciones para conferencias y su elección en la Mesa Directiva, Jake ya no tenía tiempo para ir a pescar, pero dentro de poco se empezó a sentir cansado y vacío. Añoraba el volver a sentir aquella emoción una vez más, así que canceló todas sus conferencias, renunció a la Mesa Directiva, y le dijo a un amigo: “Hey, ¡Vamos a pescar!” Y eso fue exactamente lo que ambos hicieron, y dicho y hecho, pescaron peces. 

Los miembros de la fraternidad eran muchos, había bastantes peces, pero los pescadores eran pocos. En Marcos 1:17 Jesús dice: “Síganme y haré que sean pescadores de hombres.” Cuando hablamos de evangelismo, ¿Eres tú un pescador que no pesca? Si ese es el caso, no tengas miedo de seguir a Jesús, tú puedes confiar en Él, Él te hará un pescador de hombres.

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